Cuando se piensa en la palabra ARCHIVO normalmente bajo un concepto reducido, limitado y erróneo se piensa generalmente en ¨papeles viejos o sitios donde estos se albergan, y si además se agrega la expresión HISTÓRICO, continúa la lista de calificativos negativos asociados a los resultados de la percepción y no del conocimiento, por ejemplo, se piensa que son sitios aburridos, de difícil acceso, llenos de polvo y humedad, desconociéndose su verdadera esencia, funcionamiento y utilidad. Lo cierto es que el mundo de los archivos resulta fascinante, no solo depende del lugar y ubicación territorial, de su soporte: papel, digital, o audiovisual, de los asuntos que tratan, de su naturaleza pública o privada, de su interés histórico, cultural, jurídico, o científico, por su contenido público o privado, su vida útil también depende de quienes lo dinamizan y administran a través de su gestión desde una competencia funcional normativa.

Los Archivos Históricos son cofres que guarda los tesoros de la humanidad a través del tiempo, son insumo macroscópico para los investigadores en todas las ciencias del conocimiento, son puentes al pasado que nos ayudan a conocer hechos, personas, datos, normas, y hacen posible el proceso de recuperación de la memoria de la humanidad y el conocimiento de nuestra historia, pues como dijo José Martí: “El que no conoce su historia está condenado a repetirla”; para ello es imperioso acercar a los ciudadanos a los archivos a través de estrategias pedagógicas y de buenas prácticas integradoras en el plano local, nacional e internacional que permita visibilizar la connotación que estos tienen en la evolución humana y social, a partir de una resignificación conceptual por medio de una mejor y mayor socialización de ellos. Precisamente por ello, ante esta necesidad, la Asamblea General Anual de la Internacional Council on Archives (ICA) de 2007 decidió escoger el 9 de junio como el día internacional de los archivos debido a que ese día en 1948 se creó la ICA con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y a partir del 2019 esta celebración se extendió por toda una semana denominada Semana Internacional de los Archivos (IAW) que permite visibilizar a través de diversos eventos la labor de los archivos y de los archivistas.

Con ocasión a esta celebración internacional tuve la valiosa experiencia de visitar archivos históricos nacionales e internacionales como el Archivo General de la Nación, el Archivo de la Biblioteca Nacional de Colombia, en Bogotá, el Archivo Histórico de Barranquilla, y en España el Archivo Municipal de Murcia, el Provincial de Granada, el Archivo de Indias, el General de Andalucía y el Nacional de Madrid, en donde se evidenciaron las buenas prácticas desarrolladas en su tarea de recuperación de la memoria y en la socialización de la relevancia social de los archivos en los territorios. Dentro de este universo de prácticas y propuestas, llama mi atención desde el punto de vista sociológico cómo el Archivo Histórico de Barranquilla es un referente por las significativas estrategias y acciones que implementa, que logran cambiar la percepción social frente los archivos, como también recuperar la memoria de Barranquilla desde lo local, lo nacional y lo internacional: ¨Barranquilla en el mundo¨, estrategias de sensibilización y socialización, desarrolladas a través de una pedagogía social ejecutando programas como el diplomado de historia de Barranquilla para niños y adultos, vinculándolos como amiguitos, embajadores del Archivo y guardianes de su historia, lo que permite seguir tejiendo la memoria colectiva de la ciudad con participación de las próximas generaciones, transformando así su entorno social, que sumado a otras actividades como ¨echa tu cuento¨, ¨Recordando el pasado¨, las ¨Rutas Patrimoniales¨, junto con la articulación interinstitucional con la suscripción de convenios con Universidades para investigación, pasantías y cooperación institucional; logran mostrar desde su función social el papel preponderante de los Archivos en la construcción de ciudades sostenibles y empáticas, contribuyendo así a los objetivos de desarrollo sostenible, en especial al ODS 11.

Gracias a los archivos como custodios del recuerdo se puede conocer el pasado y nuestros orígenes, permitiendo hoy tomar medidas que cambien en el presente lo que deba cambiarse, pues de ello dependerá la historia que en el futuro contarán de nuestras generaciones.

Dra. en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas. Vicepresidenta Plan Desarrollo Mundial (España)