Usar las manos es una de las funciones motoras más significativas. Con ellas se puede hacer de todo. Quien ha sufrido alguna lesión en sus extremidades o ha vivido alguna limitación en los movimientos de algún miembro, valora más que nadie, lo que para la mayoría es imperceptible, mecánico o natural. Quienes cuidan sus manos, valoran su vida.

Tocar, atrapar, golpear, acariciar, agarrar, comunicarse, usar los dedos, trabajar o emplearlas para el arte, son algunas de las funciones más importantes de las manos. Y eso en buen sentido es manipular. Los alimentos, objetos y las personas son manipulables. ¿Usas bien los 27 huesos que hay en tus manos? ¿Sabías que en la punta de los dedos están unas de las zonas más sensibles de toda tu anatomía?

Existen tantas formas de manipulación como el número de personalidades. Si se considera que el manipulador se vale de todo tipo de herramientas o recursos para alterar la comprensión de la realidad o lograr sus objetivos, manipular es una palabra muy poderosa. Es la sofisticación o la devaluación del fraude a través de la imaginación propia de la mentira.

La manipulación se destaca por su nivel de influencia en las masas y puede contener desinformación, propaganda, sesgo científico, alteración del ambiente, filtros, ingeniería genética, especulación, títeres y manejo de la data, ejerciendo control, conducción o dirección, buscando modificar la percepción para intentar dominar la conciencia: La idolatría es una forma consentida de manipulación.

Adorar falsos dioses es condenado por todas las religiones del mundo. La veneración, culto, tributo, admiración, reverencia o idolatría a figuras, objetos o personas contrarias al credo, confesión, doctrina o dogma es una abominación para las tradiciones espirituales que siguen la disciplina y el orden trazado por la fe. ¿A quién le das tu devoción? ¿Somos fieles a nuestra confesión?

La Manipulatría es el encanto, fascinación, pleitesía, reverencia, fanatismo, devoción y apego a toda forma de control excesivo, persuasión, sugestión, fantasía o alteración de la realidad, valiéndose de motivaciones asociadas al culto a la personalidad o a preferencias de todo orden. Es el clímax de la admiración provocada por los deseos. La supremacía de la adulación disfrazada de esperanza. El discurso inestable pretendiendo mejorar la situación.

Podemos superar la dificultad. Vamos a hacerlo. No te aferres a falsas promesas, proyectos irrealizables, resentimientos, engaños, fracasos y mediocridades, creyendo que, haciendo lo mismo se logran los cambios. Dejemos atrás la ´Manipulatría´.

@JulioCesarHT