La profesión médica con su gran crecimiento tanto científico, y tecnológico, nos ha llevado a entender que por diferentes circunstancias, la vida, es una lucha permanente para quedarnos, en el medio que nos tocó nacer. No hay ninguna forma, de escoger previamente por si solos, quienes serán nuestros padres, que género preferiremos, en qué ciudad naceremos y mucho menos las condiciones socioeconómicas y de salud que nos van a acompañar en una larga o corta existencia.

Se sabe, que los determinantes genéticos, los de la herencia, de donde sale nuestro DNA, molécula original de la vida, hasta el momento, como los átomos para la naturaleza, son el principio de nuestros destinos. Pero, la duración y la calidad de la vida no depende únicamente de estos imponderables, es decir de la relación de nuestro nacimiento en un hogar rico o pobre, o guiado por personas honestas o delincuentes. De aquí, empieza la verdadera batalla por lograr los cambios que nos hacen llevar una vida, que puede ser dedicada a los demás o a explotar y aprovecharse de la ignorancia, de los grandes desbalances de la humanidad.

La dependencia de la vida, no está ya regida por principios valiosos, en el mundo, la vida depende ahora, principalmente, de los grandes enfrentamientos, políticos, ideologías de izquierda, de derecha, de centro, anarquistas, y otras más. Estas parecen distanciarse cada vez más, en medio de una gran cantidad de diálogos sin resultados, que, en vez de acercar, parecen aumentar mas las brechas, inicialmente, ideológicas, pero finalmente llevándonos a grandes momentos de violencia y muerte. Con el desmoronamiento de la unidad familiar, el abandono de niños, y jóvenes, feminicidios, desprecio por mayores de edad, y el reconocimiento de valores banales, por encima de los que realmente son importantes.

La inseguridad se extiende por todas partes y, todo es amenazado por el terrorismo, en una sociedad, cada vez con mayor pérdida de principios necesarios, como la honestidad, la justicia, el respeto por los niños y los mayores. Todo esto incentivado principalmente, con la corrupción, la drogadicción, la vulgaridad, la criminalidad, el hurto, la violencia, el desempleo, las malas condiciones socio económicas, de vivienda, falta de servicios públicos, déficit educacional, etc.

Distraído el pueblo con acciones perversas, todo parece estar bien. Pero, los resultados no pueden ser peores, cuando los líderes y dirigentes, a pesar de conocer la situación, con indicadores negativos que muchas veces no pueden ser peores, no ven la urgente necesidad de responder.

La polarización de ideas nos está llevando a un cambio total, en un tiempo tan corto, que amanecemos todos los dias en medio de hechos aberrantes. Los más inseguros, son ahora aquellos que nos dan la seguridad y los más humanos, como los trabajadores de la salud son despreciados y ofendidos. Parece que la tendencia es volver a la época de los inicios de la sociedad humana, de los barbaros y seres de las cavernas, en quienes no existía el dialogo y la comprensión.

Sin resolver los conflictos actuales, nuestra vida pende de un hilo, a pesar de que las soluciones existen, solo falta buscar caminos de entendimiento, cordialidad y solidaridad, para tantas gentes que nos necesitan.

@49villanueva