En la reciente visita del Presidente Petro con el Papa León XIV me sorprendió la sonrisa del Santo Padre, pues según expertos en leer los labios (logopedas), le advirtió al mandatario colombiano sobre la existencia del diablo en el país a raíz del incremento desbordado de la violencia en todos los niveles especialmente en el Cauca, Valle, el Catatumbo, Guaviare y el Sur de Córdoba. Algunos expertos en leer labios consideran que León XIV le dijo en un tono muy discreto: “tienes un diablo adentro”. Desde entonces el Presidente está desconfiando de todo mundo, incluyendo familiares, amigos íntimos y de colaboradores tan humildes como Bolívar, cuyo amor ha trascendido fronteras. El peligro es que ese diablo tome las riendas del gobierno y junto con Benedetti y Roy formen un triunvirato como en la época de la antigua Roma, cuando Julio César, Pompeyo y Craso.

El Papa León XIV está enterado de la situación interna de nuestro país. La violencia está desbordada, y según la ONU, la expansión territorial de los grupos al margen de la ley está en más de la mitad de los municipios mandando sobre la comunidad y persiguiendo indígenas como a los Nasa en el Cauca. No cesan las masacres de campesinos y líderes comunitarios quienes se han acogido al proceso de paz de Santos, crecen los desplazamientos, reclutamientos de niños, confinamientos de comunidades campesinas y violación de los derechos humanos. Todo esto alimentado por los dineros del narcotráfico generado por más de 300.000 hectáreas de coca que sirven de combustible al conflicto. Y una fuerza pública que los enfrenta sin miedo poniendo también su cuota de sangre.

Este panorama oscuro requiere de una estrategia gubernamental diferente. Nuestra propuesta es que la iglesia católica asuma su liderazgo en cabeza del Papa León XIV, convirtiendo la misa del español al latín, como se hacía hace unos 40 años donde la gente acudía los domingos a la iglesia del pueblo así no entendiera lo que decía el sacerdote. Al respecto, el Papa Benedicto XVI afirmó que la misa en latín tenía un mayor valor espiritual.

Muchos creen que el próximo gobierno debe ser de mano dura. Otros, en cambio, consideran que aplicando el principio de autoridad consagrado en la Constitución Política y utilizando la frase (libertad y orden) del escudo, es suficiente para gobernar con transparencia, eficiencia y eficacia.

Me preocupa que el diablo le arrebate la corona de laureles al cóndor y se la cambie por una rama de maracachafa que genere una locura colectiva.