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Chiquito Malo’ y ‘Siopas’, lo más buscados del ‘Clan’.
Colombia

Expertos analizan las lecciones que dejan las acciones terroristas

Reacción del Gobierno  al paro no fue la más acertada, señalaron. Aseguran que el ‘Clan” tiene la capacidad de resistir. 

El paro armado del Clan del Golfo, que tiene en zozobra a decenas de poblaciones de 11 departamentos del país, fue algo que “se pudo evitar” si las acciones de inteligencia del Estado hubiesen “operado de manera oportuna”.

A esa es la conclusión que llegan varios expertos en seguridad consultados por EL HERALDO quienes manifestaron cuáles eran las lecciones que dejan las recientes acciones armadas registradas en el país.

Néstor Rosanía, investigador, corresponsal de conflictos y director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, señaló que el paro armado dejó en evidencia que este grupo criminal no solo tienen presencia, sino que realmente tienen el control territorial en diferentes departamentos del país donde las fuerzas militares y policía “fueron incapaces” de tener ese control territorial.

“La situación demuestra que el gobierno de Iván Duque, empezando por su ministro de Defensa, Diego Molano,  y el ex consejero presidencial para la seguridad Rafael Guarín, han fracasado en materia de seguridad. La estrategia de seguridad de este Gobierno no ha mejorado las condiciones de Colombia, pues sigue siendo el primer productor de cocaína a nivel mundial y grupos como el Eln, el Clan del Golfo y las disidencias crecieron en número de integrantes y en capacidad militar”, indicó Rosanía.

La situación actual, destacó el experto, refleja que la inteligencia de las fuerzas militares tampoco “funcionaron”, pues no permitieron prever el caso. Agregó además que lo ocurrido demuestra que la fuerza pública “solo crea una estrategia de seguridad que, medianamente, cobija el casco urbano, pero que el control en las áreas rurales las manejan los grupos armados ilegales”. 

Un grupo bajo perfil

Iván Díaz, experto en Seguridad y Defensa, coincide con Rosanía al mencionar que la inteligencia militar y policial está en la actualidad en una fase “muy complicada” en virtud que las capacidades “desaparecieron”, tras la firma del acuerdo de paz, al permitir que dentro del  pacto se negociaron capacidades estrategias.

“Ese hueco que hoy tenemos lo hemos ido sufriendo durante los últimos años, con las distintas amenazas que se han dado y que afectan la seguridad de los colombianos”, expuso Díaz.

El experto aduce que anticiparse a las acciones del Clan del Golfo es un “tanto difícil” debido a que este grupo armado opera bajo perfil para estar por debajo del radar de las autoridades. “Reaccionan de una forma violenta que es imprevisible y lo hacen camuflados dentro de la población civil”.

“Las acciones contra esto no corresponden a un Gobierno, sino a un tema de política de Estado que deben construirse sin importar el gobierno de turno. Por otro lado, el tema de las zonas urbanas no radica en su importancia, sino en temas de priorización y en donde se enfocan los recursos. Los cascos urbanos resultan de gran importancia desde el punto de vista técnico-político, pues tienen impactos mucho más altos que de las zonas apartadas”, consideró Díaz.

A su vez, Javier Lizcano Villalba, investigador del portal ‘InSight Crime’ precisó que el grupo armado durante estos últimos días ha demostrado que son una organización que tiene una capacidad de “soportar los fuertes golpes”  y de adaptarse a los diferentes escenarios. 

“Es un grupo que no se ve afectado por la captura de los grandes líderes, pues el paro armado demostró que la extradición de Otoniel no les afectó”, dijo el investigador. 

Lizcano precisó que el Gobierno ha “desestimado” las diferentes células que tienen los grupos armados en el país en las zonas urbanas.  “Estas tienen gran capacidad criminal y logran afectar a las zonas rurales. Por otra parte, se debe entender que con la extradición de Otoniel no se va a terminar el Clan del Golfo”. 

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