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EL HERALDO pudo conocer que las autoridades tienen en la mira a dos poderosos narcotraficantes que, desde las sombras, financian y fortalecen el accionar de las estructuras Carlos Patiño y Martín Villa, al mando de las disidencias de alias Iván Mordisco.

Mediante un trabajo coordinado de inteligencia militar y policial se logró dar con la existencia de dos narcos invisibiles luego de un cruce de datos entre diferentes agencias que monitorean las actividades ilegales en los departamentos de Cauca, Huila y Meta.

Se trata de dos hombres conocidos con los alias de Cheli y Toro, de 35 y 40 años, quienes desde su juventud ingresaron al negocio ilícito de la marihuana y luego al tráfico de pasta base y clorhidrato de cocaína.

De acuerdo con la información que pudo conocer este medio, con el paso del tiempo estos dos narcos invisibles acumularon cuantiosas fortunas que lavaron a través de testaferros en la compra de fincas, balnearios, ganado, apartamentos y vehículos de carga.

De acuerdo con información oficial, ambos envían mensualmente más de cinco toneladas de droga hacia Centroamérica, con destino principalmente a los carteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa. Recientemente se habría detectado una nueva ruta con la organización criminal La Nueva Familia Michoacana, que se encuentra en proceso de reacomodo y habría encontrado en los cargamentos colombianos un soporte económico clave.

Proveedores de armas y recursos para las disidencias

Los informes señalan que alias Cheli y alias Toro no solo financian, sino que también proveen armamento de largo alcance —fusiles M16, Tavor y AK47—, municiones, explosivos y equipos de comunicación a las estructuras criminales. A cambio, los grupos Carlos Patiño y Martín Villa custodian cristalizaderos, cultivos ilícitos y las rutas empleadas para movilizar insumos y cargamentos hacia el exterior.

Estas operaciones ilegales generan millonarias ganancias para ambas partes. Además, se conoció que los dos narcotraficantes mantuvieron negocios con alias Kevin, segundo cabecilla de la estructura Carlos Patiño, quien se entregó a las autoridades en agosto pasado en zona rural de El Estrecho, Cauca.

Los “invisibles” del narcotráfico

A pesar de estar plenamente identificados por Ejército y Policía, Cheli y Toro han logrado evadir la captura gracias a una red de informantes que les advierte sobre los movimientos de la Fuerza Pública. Incluso, habrían pagado millonarias sumas a funcionarios de la Registraduría para desaparecer su información personal de las bases de datos oficiales.

Sin embargo, sus huellas digitales quedaron registradas en trámites notariales con identidades falsas, lo que permitió a la inteligencia militar y policial continuar el seguimiento en detalle.

Actualmente, ambos estarían en negociaciones directas con alias Mordisco, acordando montos de dinero y armamento para sostener y expandir sus operaciones de narcotráfico, que les permiten conservar su poder en la región.