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Cuando uno queda atrapado en uno de los nudos del tráfico que en las horas pico de mañana y tarde o a cualquier hora se forman en el Corredor Universitario, la pregunta inmediata que surge es ¿a quién le corresponde? Y ¿Cómo se podrá resolver el problema?.

Como la mayoría de los lectores saben, por jurisdicción corresponde a las autoridades de Puerto Colombia, pues hoy en día la Circunvalar es el límite político entre Barranquilla y Puerto. Pero hay una triste realidad que golpea, y es que la administración del Corredor Universitario le quedó grande a Puerto Colombia.

En estos días la propuesta de solución del Secretario de Movilidad de Puerto fue aumentar el número de reguladores de tránsito y proponer el cambio de horarios a los varios colegios que allí se encuentran. Lo primero ya se puso en marcha pero la situación no mejora. Respecto a la segunda propuesta, poner de acuerdo a los colegios en cuanto a ajustar sus horarios, me imagino que es tan difícil como lograr la paz entre Santos y Uribe. Pero a final de cuentas las dos propuestas solo son paños de agua tibia, y lo triste es saber que las autoridades de Puerto tienen engavetada la solución.

La única y verdadera solución está en abrir al menos una tercera vía a las dos únicas entradas y salidas que tiene Villa Campestre y sus alrededores. Y les tengo una noticia: está construída en un 90%. Estoy hablando de la extensión de la carrera 53, la cual inexplicablemente muere entre Uninorte y el Colegio San José. Conectar esta vía a dos de las vías existentes en Villa Campestre, obviamente reconstruyéndolas y dejando una en un solo sentido de entrada y la otra de salida, es una necesidad mayor.

Ahora como se trata de un proyecto de gran beneficio para los barranquilleros que tienen a sus hijos estudiando en las Universidades y Colegios del mencionado Corredor, pues el alcalde de Barranquilla y/o el director del Área Metropolitana, deberían de manera conjunta sacar adelante este proyecto que se encuentra inmovilizado por las autoridades del municipio porteño, quienes al respecto se hacen los ciegos, sordos y mudos.

Camilo J. Manotas Barros