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Las 31 plantas que hacen parte de uno de los com­plejos in­dustriales de procesamiento de hidro­carburos más importante de América Latina, como lo es la Refinería de Cartage­na, construida en el núcleo empresarial de Mamonal, entrarán en operación el 100% en marzo del 2016, de acuerdo al cronograma de la empresa Reficar.

El proyecto fue inaugu­rado la semana pasada por el presidente Juan Manuel Santos, quien anunció que inicia la producción de re­finación de los primeros 80.000 barriles.

Es, sin duda, una de las noticias más importantes y esperadas de los últimos tiempos. Con ello, la capital de Bolívar se convierte en una de las ciudades indus­triales más relevantes de la región y del país.

La puesta en marcha de la refinería requirió de una serie de pruebas que resul­taron exitosas, siendo la más destacada y celebrada el encendido de la tea, el pa­sado 7 de agosto, que mar­có un hito en el proceso de construcción de esta mo­derna mega planta que pro­ducirá combustibles más limpios y que tuvo un costo que está entre los 6.000 y 8.000 millones de dólares.

La tea tiene como rol prin­cipal manejar en forma se­gura y controlada los gases de alivio de la totalidad de las plantas de este complejo industrial.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, en re­ciente declaraciones dijo que en noviembre se inicia­rá la producción de diésel y Jet fuel. Aseguró que en enero del próximo año se aumentará la producción de la planta a 120 mil y 140 mil barriles. Y que a finales de ese primer mes del 2016 se estaría produciendo ga­solina. A mediados de fe­brero se producirá gasolina de alto octanaje.

La refinería está en capa­cidad de producir 165.000 barriles, más del doble de lo que producía la vieja y obsoleta planta, también ubicada en Mamonal. De este total que producirá la nueva refinería, 75.000 barriles serán de diésel, 30.000 de nafta, 40.000 de gasolina, 14.000 de jet fuel, 5.000 de propileno, 4.000 de GLP, 270 toneladas de azufre y 75.000 toneladas de coque.

La refinería producirá gasolina y diésel amiga­bles con el medio ambien­te, con bajo contenido de azufre. La planta generará, además, su propia ener­gía, lo que le significará un ahorro aproximado de US$22,4 millones anuales. Igual, una de las principa­les características de esta mega obra será el manejo eficiente del agua.

Esta ciudad de acero se construyó en 140 hec­táreas y generó más de 15.000 empleos, durante su edificación. Esta plan­ta requiere de unos 900 trabajadores. Durante su construcción generó desa­rrollo social y económico en el país y en especial en la Región Caribe. De los trabajadores contratados, el 95% fueron colombia­no y el 78% de Cartagena y municipios aledaños.

Ante la carencia de ma­no de obra calificada para la construcción del pro­yecto, la refinería formó unos 6.000 trabajadores en oficios técnicos espe­cializados bajo normas internacionales. Desde la década de los noventa, cuando se empezó hablar de la necesidad de contar con una nueva refinería, se estimaban los beneficios que generaría este com­plejo, que ahora impulsará la industria petroquímica y atraerá más empresas a esta ciudad.

En total va a generar ven­tas de 20 millones de dóla­res diarios.