El Heraldo
Barranquilla

Alfredo de la Espriella, guardián de la memoria histórica de Barranquilla

El escritor e historiador de 98 años es el fundador del Museo Romántico, un espacio en el que durante más de 30 años se expuso la historia de la ciudad.

Culto, respetuoso y con un gran amor por Barranquilla. Así describen amigos y familiares a Alfredo De la Espriella, quien durante más de 30 años trabajó para preservar la historia de la ciudad que lo acogió cuando llegó de su natal Ciénaga, Magdalena. 

El escritor e historiador se considera como “el más barranquillero de todos”. Tal vez eso fue lo que lo motivó a luchar durante toda su vida por recuperar los elementos que acercaran a las nuevas generaciones con sus antepasados y conocer la manera en la que estaba organizada la ciudad en materia económica, social y cultural

Así nació el Museo Romántico el 7 de abril de 1983, su sueño hecho realidad, el lugar donde la creatividad era protagonista y el escenario de encuentros de grandes personalidades como Amira de la Rosa, Meira del Mar e incluso Gabriel García Márquez, quien lo catalogó como ‘el historiador de Barranquilla’.

En el museo se encontraban objetos, fotografías y documentos originales relacionados con la historia de la ciudad desde sus inicios a orillas del río Magdalena hasta el su desarrollo  moderno como capital del Atlántico.

Sin embargo, en el año 2018, De la Espriella tomó la decisión de dejar la dirección de este espacio, por causa de una enfermedad degenerativa, que actualmente, lo mantiene alejado de la vida pública.

La familia, su prioridad

En diálogo con EL HERALDO, Gloria Díaz De la Espriella, esposa de Alfredo, cuenta que su amor fue a primera vista, genuino y que hasta el momento permanece intacto, haciendo efectiva la frase de estar juntos “en la salud y la enfermedad”. 

“Alfredo es un excelente padre, esposo, abuelo, amigo. Él es un ser humano maravilloso y estoy segura de que en esta vida no nacerá alguien igual. Nosotros vivimos tantas cosas y él siempre fue sabio, escuchaba y actuaba con inteligencia, siempre pensando en nuestro bienestar, pero sin dejar de lado sus deseos individuales”, expresa la mujer.

Gloria también indica que durante muchos años ha velado para que el esfuerzo que hizo su amado no se pierda y por el contrario puedan fortalecerlo. 

“Yo trabajaba con él en el museo, vivíamos allá prácticamente porque esa era la vida de Alfredo y yo nunca lo dejé solo. Éramos un gran equipo y tuve la fortuna de ver muy cerca sus triunfos, pero también acompañarlo en sus derrotas y salir adelante”, dice con cierta nostalgia. 

Luchador por la cultura

Si hay algo que Alfredo hizo sin límite alguno fue trabajar para que la esencia y memoria histórica de Barranquilla se mantuviera intacta en el tiempo. 

El gestor cultural e historiador Eduardo Suescun manifiesta que De la Espriella fue en su momento un gran impulsor de la cultura, principalmente del Centro Artístico en la década de los 50.

“La actividad de Barranquilla en los primeros años del siglo pasado fue bastante importante y él comenzó a impulsar al tema artístico de la ciudad”.

Señala que Alfredo fue el jefe de cultura de la ciudad de ese entonces y promovió la presentación de obras de teatro con el respaldo de Amira de la Rosa, quien para esa época ya era una poetisa bastante destacada y la habían nombrado embajadora cultural en España.

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“Ella dejó su grupo y desde entonces Alfredo fue el responsable de la actividad teatral en la ciudad que para esos años tuvo mucho presencia”, sostiene el historiador.

Sin duda, Alfredo De La Espriella es la muestra más benévola de amor hacia esta ciudad, que si bien no le ha agradecido su labor, su familia y amigos no dejan de luchar para que pueda recuperarse lo que él durante tantos años se esforzó por construir.

“Barranquilla está en deuda con él”

Con mucho descontento, Gloria Díaz aseguró que Barranquilla “ha sido muy desagradecida” con Alfredo.

Ese hombre perdió tantas oportunidades laborales por fuera del país por dedicarse de lleno al Museo. Me tiene muy decepcionada ver cómo se encuentra en este momento este espacio, como lo han dejado perder porque ahí ya no hay nada que pueda rescatarse”.

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Según Gloria, las instalaciones del Museo Romántico –que fue una donación de las hermanas Carmen y Esther Freund Strunz– guarda reliquias que “nadie más las tiene, hasta una invitación al funeral de Simón Bolívar hay, pero la gente no valora eso”.

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