En el mundo moderno los televisores se han convertido en una herramienta casi indispensable dentro de los hogares, pues son fuente de entretenimiento en familia, información y conexión del mundo.
No obstante, estos electrodomésticos pueden generar un impacto negativo en el bolsillo de las personas a la hora de recibir la factura de electricidad, si se mantiene conectado todo el tiempo y peor aún en modo de espera.
A pesar de que los televisores modernos tienen unas funciones ahorradoras en comparación a los antiguos, el consumo de energía conocido como ‘consumo fantasma’ o ‘consumo en modo de espera’ se hace efectivo así esté apagado, pero conectado a la corriente.
Este consumo se debe a que el televisor mantiene sus funciones básicas de encenderse rápidamente o de activar su reloj interno. La cantidad consumida cambia según la marca y el modelo de estos electrodomésticos, pero pueden gastar entre 0.5 y 3 vatios en modo de espera.
La unión de todos los electrodomésticos de un hogar conectados así estén apagados, generan elevaciones exorbitantes en las facturas de energía.
Los expertos en tecnología recomiendan desconectar el televisor antes de irse a dormir por varias razones, la primera para ahorrar energía, aproximadamente 8.76 kilovatios-hora al año, así como contribuir a una menor huella de carbono, segundo para evitar un sobrecalentamiento y posteriores fallos eléctricos y tercero para garantizar la extensión de la vida útil del aparato.





















