El Heraldo
Sociedad

Fotomaratón: una oleada azul que retrató el Centro de Barranquilla

Más de 800 personas participaron este sábado de la actividad organizada por la fundación Mira al Centro. El “viaje” de reconocer y aprender del patrimonio de la ciudad llegó a buen puerto. 

Se va esta embarcación e iniciamos este recorrido por la historia de Barranquilla, buen viaje”, dijo megáfono en mano José Stevenson.

El licenciado en Ciencias Sociales, historiador local y vigía del patrimonio, encabezaba una gran mancha azul de personas con camisetas de ese color que participaron este sábado en la XVI edición de la Fotomaratón que lidera la fundación Mira al Centro.

“Es rico ver a toda esta gente. Este es el único espacio donde se está enseñando la historia de Barranquilla en forma masiva. Para nosotros obviamente es un reto, un agrado y un orgullo estar aportando al conocimiento de la historia local”.

Con mochila, sombrero, jeans y una camiseta negra que lo acreditaba como guía, José empezó el recorrido por la Casa Catinchi, ubicada en la Plaza de la Paz. La arquitectura republicana del inmueble fue captada por los maratonistas fotográficos que se dieron cita desde las 8 de la mañana.

Marea azul y variada

En silla de ruedas Geraldine hacía parte del grupo que comandaba José. Tiene 31 años y hace tres compró una cámara con la que afianzó su gusto por la imagen. Dice que la Fotomaratón, donde ya ha participado, es perfecta porque puede combinar su pasión por la fotografía y conocer “en la calle” la historia de la ciudad.

En el grupo también estaba Norie Sakae, una “barranquillera-japonesa”, ingeniera civil y “amante de la cultura”. Comenzó más temprano, “a las 4:30 de la mañana en la Intendencia Fluvial”.

“Cogimos el amanecer. Tuvo unos tonos naranjas y rosas muy bonitos. Tomé una foto que nunca había logrado que era con la Intendencia al frente y atrás el amanecer. En el sitio una artista famosa (que no recordó el nombre) estaba grabando un video y nos tomamos una foto. Luego recorrimos todo el Centro. Es mi quinta  vez participando, me nominaron en una, espero ganar este año algo”, dijo Norie después de una carcajada.

Con su cámara profesional explicó el porqué de su gusto por la fotografía: “Me gusta robarle un instante a la vida y dejarlo plasmado en una imagen”.

Adriano Guerra, director del programa de Historia y Patrimonio de la Universidad del Magdalena, se aventuró en la Fotomaratón con 30 estudiantes de esa alma mater.

Viene participando hace varios años en el evento, sin embargo destacó que nunca había visto tantas personas uniéndose a la actividad.

Según su director y creador, Manuel Alzamora, casi 900 personas llegaron a recoger las camisetas de la edición 16 de la Fotomaratón en la Plaza de la Paz.

Volviendo a Guerra, el historiador de 41 años dijo que la idea de traer a un grupo de estudiantes era acercarlos “a los conocimientos” por fuera del “salón de clase a un museo a cielo abierto como lo es el Centro de Barranquilla”.

“Es realmente interesante ver tanta gente participando, ver a las nuevas generaciones interesadas en esta forma de adquirir conocimiento sobre el patrimonio. Es una forma de empoderar a la gente y de hacerlo significativo a la sociedad”.

Así, familias con sus niños en coches, adolescentes con pintas de reguetoneros, fotógrafos profesionales y aficionados, niñas, mujeres, veteranos de guerra, individuos tatuados en sus brazos, rockeros, salseros y picoteros se unieron a la Fotomaratón.

Unos fotografiaban la arquitectura de íconos de la ciudad como el Edificio García, otros se concentraban en la vegetación, en un graffiti, en un perro abandonado, libre y alegre al mismo tiempo.

Otros preferían la selfie con el patrimonio detrás. Varios se concentraron en el vendedor de raspao cartagenero Roger Vega, que a las 10:30 de la mañana había vendido casi todo gracias al sol inclemente y el cielo azul de diciembre.

Como lo informó la Fundación Mira al Centro, este año el evento contó con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Gobernación del Atlántico, la Alcaldía de Barranquilla con su secretaría de Cultura y Finsocial.

Asimismo contó con ocho categorías: Arquitectura y Patrimonio, Cuerpos de Agua y Medio Ambiente, Gastronomía, Espacio Público, Personajes y Oficios, Historia- Secuencia y Situaciones; además se abrió un espacio para los niños participantes en la Fotomaratón Kids. Entregarán premios por 12 millones de pesos.

La fotografía como excusa

La secretaria de Cultura y Patrimonio del Distrito, María Teresa Fernández Iglesias, con cámara en mano no pudo ocultar su emoción al ver a tantas personas juntas retratando su propio territorio y reconociéndose en él.

“Me da una alegría inmensa ver que la gente sale a la calle, a la ciudad, a recorrerla, a ver sus espacios, a guardar recuerdos a través de las fotos. Esto lo que hace es motivarlo a uno porque el trabajo que se está haciendo está dando frutos. Hoy tenemos aquí más de 800 personas que están ávidas de recorrer la ciudad, eso no lo había visto en ese volumen”.

Agregó la funcionaria que “en la medida en que conocemos las cosas logramos aprender de ellas, tomarles cariño y por ende cuidarlas”

“Esa es la finalidad, que como barranquilleros cuidemos nuestra ciudad, nuestras costumbres y se las podamos transmitir a futuras generaciones para que Barranquilla siga siendo la ciudad que es. Esto no es sino un árbol de una semilla que se plantó hace 16 años y que claramente está dando unos frutos bien interesantes”.

Manuel Alzamora, quien sembró esa semilla en 2006 inspirado en su abuelo, que nació en una casa de estilo republicano ubicada detrás de la Iglesia de San Nicolás y que aún está en pie, destacó que hoy más que nunca se debe insistir en que “de historias está llena el Centro”. “Realmente la fotografía es la excusa para reconocer la ciudad y reconocerse ellos”, dijo.

Así, lo que empezó en 2006 con 200 personas y que incluso muchos llamaron “loco” a su creador por invitar a fotógrafos a retratar el espacio más histórico de la ciudad en medio de problemas de seguridad que se han ido superando, hoy es una realidad de 800 o más camisetas azules apropiándose del territorio, de su territorio.

 
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