El Heraldo
Jeisson Gutiérrez y Cortesía
Sociedad

Danza: el lenguaje universal de la cultura

La manifestación artística logra ser una vía comunicativa sin distintivo de idiomas, razas e ideologías. Académicos y bailarines analizan estos elementos en el Día de la Danza.

La vida nunca termina y la danza nuca cesa”, así manifestó la coreógrafa china Yang Liping en honor a una expresión artística capaz de convertirse en una vía para comunicarse con el mundo. Es por ello que para homenajear esta disciplina de arte universal, cada 29 de abril se celebra el Día Internacional de la Danza.

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Se estableció por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como motivo del natalicio del bailarín y coreógrafo francés Jean-Georges Noverre, quien se destacó por sus aportes significativos a través de numerosas coreografías y obras sobre la práctica y teoría del ballet que lo llevaron a ser reconocido como el creador del ballet moderno.

No hay barreras culturales, políticas, ni éticas cuando se trata de transmitir sentimientos a través de los movimientos. Es un medio que refleja las realidades y que muchos han constituido como un estilo de vida arraigado a sus raíces.

Tiene el poder de visibilizar la historia de los territorios, un aspecto que cobra protagonismo y produce que se extienda a todos los rincones del planeta. En las sonoridades se esconde la identidad de un pueblo que se mueve al son de su esencia.

No hace falta reconocer el idioma de otras naciones para interactuar con otros seres humanos a través de ritmos acústicos que dan muestra de que la danza ha sido una forma de expresión desde tiempos ancestrales. Así lo vive la coreógrafa barranquillera Mónica Lindo.

“La danza es un lenguaje universal porque puedes comunicarte, puedes despertar las mismas sensaciones de alegría, tristeza, asombro, entusiasmo, y muchas otras emociones en los corazones de cualquier que este observado a otro danzar. No hay nada que no pueda resolverse con el baile”.

Cultura en movimiento

Una herramienta útil que no solo nutre el cuerpo, sino las costumbres del ser humano. Todos hablan la misma lengua cuando bailan y de ello ha sido testigo el gestor cultural, productor artístico y director de la Fundación Artística Federman Brito, quien a través de su experiencia ha podido evocar las grandes manifestaciones que la danza puede crear.

“Estoy convencido de que la danza puede unir culturas porque trasmite sentimiento, respeto y una comunicación corpórea indistintamente de que los bailarines hablen diferentes idiomas”.

Para el coordinador del programa de danza de La Escuela Distrital de Arte (EDA), en esta manifestación confluye de manera permanente la integración de los diferentes estamentos sociales, cultures e ideológicos.

“Las diversas culturas coinciden en manifestaciones dancísticas con evidentes similitudes, ya que el hombre las ha utilizado a lo largo de la historia  en manifestaciones ceremoniales, celebrativas, recreativas y sociales basado en características, en las cuales encontramos identidades similares en cada una de ellas, independientemente del espacio geográfico donde se desarrollen”.

La danza hace parte de la naturaleza humana y permite estimular la conservación de la cultura a través de procesos dinámicos y lúdicos.

“Transforma vidas orientando procesos de una manera divertida, que propende por la conservación de un patrimonio folclórico y cultural de una región”, dijo Martínez.

Lenguaje que da vida

Cada una de las disciplinas que componen el arte son capaces de transformar las vidas de sus precursores, aquellos que le dan sentido a la existencia de estas manifestaciones.

Muchos alegan aprender a bailar incluso antes de hablar como lo fue para la bailarina barranquillera Mayiris Guardo, quien se sumergió en la enseñanza de este arte desde los ocho años.

“Para mí la danza significa amor, pasión. La danza va más allá de solo bailar, la danza te hace ser feliz, te da disciplina personal. Para mí la danza lo es todo”.

Poder mezclar las culturas que hacen del Carnaval de Barranquilla la fiesta cultural más importante del país es uno de los mejores dotes que destaca Guardo en cada desfile que recorre en las calles de la ciudad.

“Siento que sería increíble unir más las culturas y poder mezclar algunas danzas que en estos momentos no son tan reconocidas”. 

La salsa es uno de los múltiples géneros que enamoran al barranquillero. En esos ritmos navega Yineth Nieto, quien a sus 26 años ha podido explorar la inmensidad de la danza cada que vez que le da vida.

“Cada vez que me subo a una tarima siento que reflejo mi idiosincrasia porque todas las culturas bailan de una manera única”.

El bailarín Hebert Hernández ha podido desplegar toda su versatilidad a través de la riqueza de sonidos que representa cada país. “La danza es mi refugio cuando quiero esconderme de algo, me lleva más allá de lo que puedo llegar a ser”.

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