Durante un año entero, la Iglesia católica recorrió un camino de esperanza marcado por el Jubileo que llega a su clausura este domingo 28 de diciembre. Fueron meses de fe, peregrinación y reflexión, vividos a la luz del legado de quien hizo de la misericordia el eje de su pontificado.
El Año Jubilar 2025, inaugurado el 24 de diciembre de 2024 por el papa Francisco, se despide ahora tras la sombra de su fallecimiento, ocurrido el pasado 21 de abril, un hecho que hace que este cierre sea aún más solemne.
Aquella Nochebuena en Roma, Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y, con ello, dio inicio al Jubileo Ordinario. Minutos después, durante la misa, pronunció palabras que fueron replicadas durante todo este tiempo. “En este Jubileo llevemos esperanza allí donde se ha perdido”, pidió el pontífice.
Durante un año entero, la Iglesia invitó a cruzar las Puertas Santas como signo de conversión, reconciliación y encuentro profundo con Cristo.
Es por ello que el 29 de diciembre del año anterior, todas las diócesis hicieron lo propio. En Barranquilla, los fieles se reunieron en las parroquias Nuestra Señora del Carmen, Sagrado Corazón de Jesús y La Sagrada Familia, desde donde partieron en peregrinación hacia la Catedral Metropolitana María Reina.
Al llegar al templo, el arzobispo, monseñor Pablo Salas Anteliz, realizó el signo de la Puerta Santa, alzando la cruz y evocando las palabras del Evangelio de San Juan: “Yo soy la puerta; el que entre por mí se salvará”.
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Un año lleno de gracia
En ese sentido, este domingo 28 de diciembre, a las 3:00 de la tarde, el templo mayor de la Arquidiócesis de Barranquilla será el escenario de la clausura del Año Jubilar de la Esperanza, una celebración que, durante meses, convocó a diversos sectores de la comunidad católica del Atlántico.
Así lo explicó el párroco de la Catedral Metropolitana María Reina, Álvaro García, quien destacó que a lo largo del año jubilar se realizaron múltiples eventos y celebraciones en otras parroquias como San Nicolás. Los fieles hicieron parte de un camino común que tuvo como eje la vivencia de la fe en la vida cotidiana.

“El cierre se va a dar justamente cuando la Iglesia celebra la Sagrada Familia. Están invitadas las delegaciones de las parroquias de todo el departamento del Atlántico, junto con los obispos y el clero de la Arquidiócesis”.
El Año Jubilar, denominado por el papa Francisco como ‘Peregrinos de la esperanza’, inspirado en el Levítico 25, fue vivido como un tiempo de gracia y bendición. Confesión, oración por el Santo padre, peregrinaciones a templos específicos y la práctica de las obras de misericordia marcaron este proceso espiritual, especialmente enfocado en los más vulnerables: niños, enfermos, ancianos y pobres. “La experiencia cristiana nos ayuda a descubrir el rostro de Cristo en cada hermano, en cada persona”.
El sacerdote también recordó que los años jubilares tienen su raíz bíblica y que, aunque tradicionalmente se celebran cada 50 años, los papas pueden convocarlos ante acontecimientos especiales.
Hacia el camino divino
La esperanza no se quedó en el papel ni en los templos cerrados. Durante todo el año, la Arquidiócesis de Barranquilla la puso a caminar, la volvió peregrinación y la llevó a distintos puntos del Atlántico.
Jorge Castro, vicario de evangelización, explicó que una de sus tareas fue articular el trabajo jubilar. La primera acción fue abrir caminos físicos y espirituales.
“Eso facilitó que en los diversos puntos del departamento se tuviese acceso a un lugar donde la Iglesia pudiera peregrinar y ganar la gracia de la indulgencia”.
Mantener viva esa esperanza no fue ajeno a las dificultades del contexto actual. El sacerdote reconoció que el mundo atraviesa situaciones que golpean el ánimo de las personas. “La Iglesia tiene que ser siempre la comunidad de la esperanza, en medio de realidades como la violencia, las inseguridades, la guerra, las enfermedades, las pérdidas y las rupturas. No pierdan la alegría y la esperanza. Recuerden que Cristo es nuestra esperanza”.
Ritos a desarrollar este domingo en los templos del mundo
Este sábado se realizó el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral del papa como obispo de Roma. Hoy, será el turno de la Basílica de San Pablo Extramuros, donde la Puerta Santa se cerrará oficialmente bajo la presidencia del cardenal arcipreste James Michael Harvey.
Este acto marca uno de los momentos más significativos del cierre jubilar, al tratarse de uno de los templos más visitados por los peregrinos durante el año.
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En Barranquilla será a las 3:00 p. m. La primera puerta en despedirse del Jubileo fue la de Santa María la Mayor. El cierre se realizó el día de Navidad, en una ceremonia encabezada por el cardenal Rolandas Makrickas. La última palabra, como es tradición, la tendrá el Vaticano. El 6 de enero, a las 9:30 de la mañana, se cerrará la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, la más emblemática del catolicismo. El rito y la Eucaristía estarán presididos directamente por el papa León XIV, en el marco de la solemnidad de la Epifanía.





















