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A María José Vengoechea se le nota el orgullo cuando habla de su ciudad y de la cultura. Barranquillera de nacimiento, ingeniera civil de formación, con tres hijos y una larga trayectoria en el sector empresarial y público, llega a la dirección ejecutiva de la Fundación La Cueva con la idea de recuperar su sello original y proyectarlo hacia el futuro.

“Estoy feliz de estar aquí, de poder aplicar toda mi experiencia y conocimientos a esta casa llena de historia, de anécdotas, de arte y de posibilidades”, dijo a EL HERALDO luego de ser designada oficialmente el pasado martes 29 de julio para cumplir el rol.

María José fue vicepresidenta de Movistar, luego presidenta de la Cámara de Comercio de Barranquilla por 12 años, y más recientemente estuvo en la Gobernación del Atlántico, liderando un programa para jóvenes, pero su conexión con la cultura viene de tiempo atrás.

“Entre otras cosas, fui reina del Carnaval en 1990. Además, durante mi tiempo en la Cámara de Comercio fui miembro de la junta directiva de Carnaval S.A.S. y de otras fundaciones. Siempre he estado vinculada al trabajo social y cultural, porque me apasiona”.

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Jesús Rueda

Su llegada a La Cueva estuvo marcada por la confianza de Hernán Maestre, quien fue presidente de la junta directiva de la Cámara de Comercio y hoy lidera el consejo directivo de La Cueva.

“Hernán me dijo que solo aceptaba ser presidente de la Cueva si yo lo acompañaba. En ese momento no pude porque estaba en la Gobernación, pero siempre estuve cerca, colaborando, hasta que se dio el momento de venir oficialmente a trabajar aquí”.

Etapa de trasformación

Vengoechea llega a la fundación en un momento crucial, cuando se busca fortalecer su estructura y ampliar su impacto convirtiendo el lugar en un café-bar. “Es un reto enorme, pero tengo grandes expectativas. Cada vez que hablo con la gente, me doy cuenta del enorme cariño y del potencial que tiene La Cueva”.

Para ella, la esencia de La Cueva no se va a perder, al contrario, se va a fortalecer, con una reapertura que está prevista para el 15 de agosto.

“Queremos volver al origen. Que sea un sitio de tertulia, de encuentro, donde la gente pueda venir a leer, escribir, conversar, crear. Vamos a estar abiertos desde la 1:00 de la tarde hasta las 9:00 de la noche. Y sí, habrá música, eventos, un espacio para tomar un trago en la tarde, pero sin dejar de ser ese lugar íntimo y cultural que tanto significa para la ciudad porque nuestra esencia no se perderá”.

En el marco de este proceso, temporalmente el servicio al público funcionará exclusivamente con reservas previas y estará enfocado en experiencias especiales, grupales y particulares de acuerdo con las necesidades de los interesados.

Está disponible para realizar fiestas temáticas, eventos privados, almuerzos o cenas grupales, lanzamientos literarios, exposiciones artísticas, conciertos y presentaciones musicales.

Motor cultural del Caribe

Para María José, este icónico espacio de la cultura barranquillera no es solo el sitio donde nació el mítico Grupo de Barranquilla, ni el restaurante donde se comparten tertulias. Es una plataforma viva, en expansión, desde donde se construye una narrativa cultural que ya no se queda en la ciudad, sino que va más allá.

Jesús Rueda

“Para mí La Cueva es una fundación que puede aportar muchísimo a la cultura de todo el país. Con proyectos como La Cueva por Colombia hemos llegado a municipios que necesitan apoyo”.

Apoyo de toda la ciudadanía

María José no oculta su deseo de que La Cueva siga viva por muchos años más, pero sabe que para lograrlo se necesita el compromiso de todos. “Este es un sitio patrimonial, un bien de interés nacional. Necesitamos mecenas, apoyo del sector privado, respaldo del Estado, pero sobre todo que los barranquilleros se sientan dueños de su Cueva, que vengan, que participen, que la vivan”.

Ahora su vida rondará en un lugar que hace muchos años ella veía cuando transitaba por el sector y ahora ser el timonel del barco es su gran reto.