El fallecimiento del maestro Manuel Antonio García Caro, más conocido como Toño García, ocurrido a las cinco de la tarde de este martes ha sido eclipsado por la partida de la figura de la música vallenata Omar Geles.
Sin embargo, los méritos de Toño García también son enormes y debe ser recordado por haber llevado el folclor de la Región Caribe por diferentes partes del mundo.
Este experto en la ejecución de la gaita hembra, era el último miembro vivo de los auténticos Gaiteros de San Jacinto, y a los 94 años debido a complicaciones respiratorias derivadas de la pandemia de la covid-19, dijo adiós.
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Su hija Candelaria García, quien se mantenía atenta a los cuidados que requería el legendario músico en su natal San Jacinto, Bolívar, dijo que su padre era una persona muy noble y por eso también gozaba del cariño de sus paisanos.
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“Era muy bueno y le gustaba mucho compartir sus conocimientos a todos los gaiteros. En lo personal me quedo con ese gran ser humano que fue, un padre muy amoroso, un gran esposo y vecino, era muy buena persona. Precisamente hizo una canción que se llama ‘Candelaria’ y es una canción que enseña lo que hay que hacer en la vida y es amar sin límites. Se la hizo a mi mamá y a mí también, nos la cantaba todo el tiempo”.
Candelaria también contó que su padre ya no podía respirar por sus propios medios, que era una secuela que le había quedado de la pandemia y que su estado de salud había decaído bastante.
“Perdemos un juglar, pero ganamos mucha historia”
Rafael Pérez García quien compuso la canción ‘Un fuego de sangre pura’, con la que los Gaiteros de San Jacinto ganaron un Latin Grammy, sostuvo que cuando muere un juglar no se pierde, sino que se gana mucha historia. “Él nos deja mucho legado, se va a la diestra de Dios Padre, pero nos deja un sinnúmero de notas musicales auténticas, y aparte de la música, la nobleza del maestro Toño, con la que nos identificamos mucho. Protagonizó cuatro décadas de música de gaita, creo que el 90 % de los gaiteros pasaron por las manos y las notas de las gaitas del maestro Toño García, de manera que nos deja un historial grande.
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Pérez agregó que el maestro Toño tocaba la gaita con sentimiento y así se la transmitía a los demás. “Nunca le negó una nota a nadie, siempre lo de él fue para todo el mundo. Hay una deuda muy grande con él y con nuestros ancestros. Yo creo que debemos seguir ese legado y que quede una raíz, una siembra, un semillero, que el semillero él dejó perdure y su historia siga viviendo”.
