¡Vuelve el ‘10’ a Junior! La relación entre el clásico creativo y el equipo rojiblanco siempre ha traído éxito transformado en títulos. Pasó en 1993 y 1995 con Carlos ‘el Pibe’ Valderrama; en 2004 con el argentino Omar Sebastián Pérez y el barranquillero Macnelly Torres; en 2010 y 2011 con Giovanni Hernández y volvió a ocurrir en 2018 con el samario Jarlan Barrera.
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No hay pierde. La fórmula es sencilla. Siempre que hay un ‘10’, el Junior tiene más posibilidades de ganar títulos. Pero no debe ser cualquier ‘10’, sino el clásico, el de antaño, de esos que quedan pocos, los que ordenan, hablan, lideran, juegan y hacen jugar. Por eso ilusiona tanto la llegada ahora del antioqueño Juan Fernando Quintero, uno de los mejores creativos del continente.
El primero que dejó huella como rojiblanco fue ‘el Pibe’ Valderrama, que llegó al club en 1993 con 32 años y esa misma temporada se coronó campeón por primera vez del fútbol colombiano vistiendo la rojiblanca.
El ‘10’ samario lideró un equipo talentoso que contaba con Iván René Valenciano, Víctor Pacheco, Oswaldo Mackenzie, el ‘Niche’ Guerrero y compañía. El ‘Pibe’ era el capitán, el líder y el gran referente. La experiencia que adquirió a lo largo de su carrera la puso al servicio del cuadro barranquillero, con el que repitió título dos años después, en 1995. Esas dos estrellas fueron las únicas que conquistó Valderrama en el FPC. Historia pura.
Junior volvió a celebrar nueve años después —en 2004—, de la mano nuevamente de un creativo, el argentino Omar Sebastián Pérez, que llegó al club con 23 años.
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El ‘Pelado’, al igual que el ‘Pibe’, logró gritar campeón en su primera temporada como rojiblanco. Pérez, que se formó en Boca Juniors y llegó procedente de Banfield, lideró con su talento un equipo plagado de costeños, muy parecido a lo que hará ‘Juanfer’ Quintero esta temporada.
Omar era el capitán de un barco en el que también estaban a bordo Arzuaga, Leonardo Rojano, Emerson ‘el Piojo’ Acuña, Hayder Palacio, Roberto Peñaloza, Leiner Rolong, José ‘Ringo’ Amaya y compañía limitada.
Ese Junior de 2004 tenía una particularidad, además del argentino tenía a otro ‘10’ en el banco, uno que hacía sus primeros pinitos, pero que se dio el lujo de dar una mano para el título, Macnelly Torres. El barranquillero ya empezaba a despuntar con su magia, su precisión y su visión de juego, para luego convertirse en uno de los grandes 10 de la historia de este país.
Macnelly volvió al club en 2015 pero no logró salir campeón. Esa fue la única vez que Junior, teniendo un ‘10’ clásico y talentoso, no alcanzó la estrella.
La ecuación volvió a repetirse en 2010 y 2011, esta vez gracias a los pase-gol de otro ‘10’ que dejó huella, no solo en Junior, sino en el fútbol colombiano: Giovanni Hernández. El vallecaucano, que llegó a Junior con 32 años —misma edad con la que arribó el ‘Pibe’ Valderrama—, se ganó rápidamente el cariño y la admiración del hincha rojiblanco con su clase, liderazgo y manera de jugar.
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‘Gio’ se cansó de asistir a Teófilo Gutiérrez y Carlos Bacca cuando estos apenas empezaban sus exitosas carreras, siendo campeón con el porteño, con el que logró el título en las finales ante Equidad, en el ‘Metro’, y Once Caldas, en Manizales.
Pasaron varios años para que Junior encontrara nuevamente esa figura, hasta que llegó, de la cantera, uno que también dejó huella: Jarlan Barrera. El samario era la conexión de todos en aquel gran equipo de 2018, que logró no solo el título de la Liga —la anhelada octava estrella que tanto se resistía— sino que también alcanzó una final continental, la de la Copa Sudamericana, cayendo ante Atlético Paranaense en penales.
En definitiva, los mejores ‘10’ del país deben pasar por Barranquilla, una ciudad acostumbrada a gozar con los pase-gol de los talentosos que usan ese histórico dorsal. Ahora le toca el turno a Juan Fernando Quintero y ojalá el final sea el mismo, con el antioqueño convirtiéndose referente y con el Junior campeón.
