
La deserción del primer ministro sirio, Riad Hiyab, supuso ayer el mayor golpe político en los 17 meses de rebelión para el régimen del presidente Bachar al Asad, que mantiene los bombardeos sobre los barrios rebeldes de Alepo y otras áreas del país.
En la mañana los grupos opositores confirmaban lo que es una victoria para su causa: la deserción de mayor nivel desde que comenzaron las protestas y la esperada prueba de que el régimen se quiebra por dentro.
“Anuncio mi deserción del régimen del terrorismo y me uno a las filas de la libertad y la dignidad. A partir de hoy (ayer) formo parte de la revolución”, señaló Hiyab en un comunicado leído en su nombre por su portavoz, Mohamed Aetri, en el canal catarí Al Yazira.
En su mensaje, Hiyab se dirige al pueblo sirio “en un momento crítico, cuando el país se encuentra en el mayor nivel de los crímenes contra un pueblo que ha salido para pedir una vida digna”. EFE