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El número de militares en Washington para la posesión del demócrata Joe Biden como nuevo presidente de Estados Unidos se elevó hasta los 25.000, el quíntuple del total de los 5.000 soldados desplegados ahora en Irak y Afganistán, por lo que se convertirá en la investidura de mayor despliegue de seguridad de la historia de Estados Unidos.

La ceremonia en la escalinata oeste del Capitolio, escenario hace menos de dos semanas del mortal asalto de los seguidores de Donald Trump, concentrará en pocos metros al nuevo presidente, senadores, donantes, empresarios y otros miembros del selecto grupo de los mandos de la nación más poderosa del mundo.

La inteligencia estadounidense no quiere repetir los errores del 6 de enero, después de que la Fiscalía ha recopilado pruebas de que algunos de los participantes del asalto buscaban 'capturar y asesinar', al tiempo que se conocen detalles de como hasta propusieron ejecutar a un policía con su propia arma reglamentaria.

El FBI consideró en una circular enviada la semana pasada que el asalto al Capitolio ha envalentonado a grupos de 'extremistas violentos domésticos' que consideran son la mayor amenaza 'terrorista' para el país durante 2021.

Los soldados de la Guardia Nacional armados con fusiles patrullan Washington ante la posibilidad real de nuevos altercados e intentos de sabotear la investidura de Biden.

La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, ha pedido a sus conciudadanos que se queden en sus casas, y las autoridades federales, responsables de la zona monumental entre el Capitolio y la Casa Blanca, a donde Biden debería llegar a pie, han advertido que cualquier intento de ingresar en zonas restringidas será respondido con la fuerza.