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Con la mano que le queda, Hazem Kobane alza la bandera amarilla de las Fuerzas Democráticas Sirias en la rotonda de Raqa donde el grupo Estado Islámico (EI) perpetraba las decapitaciones, entre otras atrocidades, mientras fue el amo de esta ciudad siria.

'Ese es el momento que esperábamos', afirma este combatiente de 23 años mientras coloca con su mano derecha la bandera triangular en el cierre metálico de la rotonda Al Naim, el mismo donde el EI colgaba las cabezas de las personas que decapitaba.

En el centro de la plaza circular, los yihadistas quemaban los libros y los paquetes de cigarrillos. Los habitantes la bautizaron: 'la rotonda del infierno'.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), unos combatientes árabes y kurdos apoyados por Estados Unidos, anunciaron el martes que controlan la que fue 'capital' del EI en Siria, tras haberse apoderado del principal hospital, del estadio municipal y de Al Naim.

Los combatientes de las FDS invadieron la emblemática rotonda con sus banderas amarillas para proclamar la victoria después de largos meses de batalla.

Hazem Kobane perdió su mano izquierda durante los combates contra el EI en 2015 en la localidad de Kobane, al norte de Raqa. Pese a su juventud, de aquella empezaron a salirle canas.

El martes sonrió de felicidad junto a decenas de camaradas con los que tomaba fotos y bailaba la dabke, la danza tradicional de Oriente Medio.

‘Liberada’ y devastada

'Aquí es donde Dáesh (acrónimo en árabe de EI) decapitaba a inocentes acusados de negarse a servir al Estado Islámico', explica Rojda Felat -ver recuadro- la comandante del FDS para la operación de Raqa, mientras agita una enorme bandera amarilla con el nombre de su milicia.

La mayor parte de Raqa (incluidos los edificios cercanos a Al Naim) ha quedado devastada por meses de enfrentamientos y de ataques aéreos de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos.

A los habitantes que pudieron huir de la ciudad, la rotonda Al Naim les trae malos recuerdos.

'Decapitaron a mi sobrino. A mí me azotaron cuatro veces en este lugar porque no me había puesto bien el niqab' (velo islámico), cuenta Um Abdalá, una mujer de 44 años que huyó hace tres años.

Recordando los meses pasados en una ciudad controlada por el EI, Um Abdalá se echa a llorar.

'Espero que cuelguen las cabezas de los combatientes de Dáesh en el mismo cierre metálico', dice con la voz entrecortada por el llanto.

Ahmad al Hasan, un miembro de las FDS originario de Raqa, no puede evitar pensar en las atrocidades cometidas por el EI.

'Recuerdo la primera decapitación en la (...) rotonda. La primera vez que quemaron libros, novelas en francés y en inglés, y cigarrillos', cuenta el joven combatiente. Pero aún guarda buenos recuerdos de Al Naim, de antes de la ocupación yihadistas.

Antes de 2014, 'estaba llena de restaurantes, de cafeterías', dice Hasan. También se acuerda de la tienda de Abu Mohamad donde solía comprar dulces, y del vendedor de bananas. 'Espero que estén vivos, que vuelvan'.

La victoria del martes deja un sabor agridulce.

Reconquistaron Raqa, '¡me alegro! Pero para poder sentirme totalmente feliz quiero volver a mi ciudad devastada', afirma Ahmad al Hasan, quien se encuentra en Ain Isa, a unos 50 km al norte de Raqa. 'Raqa fue liberada pero no sé si debo estar contento o triste'.

Bajo autoridad civil

Tras su liberación Raqa será entregada a una autoridad civil una vez que la alianza de combatientes kurdo-árabes haya terminado al largo proceso de desminado.

El anuncio de esta transferencia fue hecho el viernes por la FDS, que se congratuló por una 'victoria histórica' que dedicó a las 'víctimas del terrorismo del grupo Estado islámico en Siria y el mundo'.

'Haremos la transferencia de la gestión a una autoridad civil desde el fin de las operaciones de peinado', anunció en conferencia de prensa un portavoz de las FDS, Talal Sello.

Sin embargo, Raqa está llena de minas y explosivos, y la destrucción es enorme, lo que hace casi imposible el retorno de civiles por ahora.

Las operaciones de desminado y búsqueda de eventuales células durmientes prosiguen en la ciudad, que fue controlada durante tres años por el EI y de donde huyeron unas 270.000 personas.

Creado hace seis meses, el consejo civil ya abordó los planes de reconstrucción y tendrá que restablecer los servicios básicos y la infraestructura que falta en esta ciudad abandonada por sus habitantes.

'En Raqa, el regreso de la población no será posible antes de muchas semanas mientras haya trampas y objetos explosivos', dijo en París el portavoz del estado mayor del ejército francés, coronel Patrik Steiger.

La comandante kurda

Sonriente y con el fusil a la espalda, Rojda Felat posa para los fotógrafos en la emblemática rotonda al-Naim de Raqa, donde el grupo Estado islámico (EI) realizaba sus ejecuciones. La comandante kurda puede saborear su victoria, luego de haber dirigido la ofensiva contra los yihadistas.

En esta conocida plaza al-Naim Felat celebró la victoria, esgrimiendo la bandera amarilla de esta alianza de combatientes kurdos y árabes.

En traje militar, cabello ondeante sobre su rostro, coloca la bandera en la cerca donde los yihadistas ponían las cabezas recién cortadas de las víctimas. Las fotos dieron la vuelta al mundo.

La mujer de unos 30 años puede presumir de haber dirigido la primera fase de la Ofensiva ‘Furia del Éufrates’, antes de ingresar al comando en las fases siguientes que hicieron posible sacar a los yihadistas de Raqa, tras meses de sangrientos combates.

Originaria de Qamichli (noreste), no tiene nada que envidiar a sus modelos, que menciona en las entrevistas a la prensa: la revolucionaria comunista Rosa Luxemburgo, Napoléon o Saladino, el guerrero del islam de origen kurdo, que conquistó Jerusalén en el siglo XII.