La agenda de la moda comenzó con otra típica jornada de desfiles en Nueva York a comienzos de febrero. Los creativos empezaron a exponer sus propuestas para la próxima temporada y muchas de ellas comunicaron un discurso colectivo de cambio que pedía inclusión, justicia social y conciencia por el medio ambiente.
Nadie sabe si fue genuino o si únicamente se trataba de un intento por mantener a flote una semana de la moda a la que se le considera desgastada, sin embargo, cualquiera que fuera la respuesta, nada tenía que ver con los golpes que vendrían de forma sorpresiva días después y que, sin haberlo previsto, cambiarían de forma auténtica no solo a toda esta industria, sino al mundo entero.
Una desbordada crisis sanitaria, un estallido social que pedía igualdad y unas elecciones decisivas hicieron parte de la transformación. Hacemos un recorrido por estos y más sucesos que marcaron a un sector que tuvo que paralizarse para replantearse y responderle a una sociedad que pide con urgencia vientos de cambio.
Crisis en las ventas
La crisis estalló en marzo cuando el virus se convirtió en una pandemia y se impusieron los confinamientos en cada rincón del planeta, lo que provocó una caída abismal en las ventas de las tiendas físicas, generando así cuantiosas pérdidas, cierres de almacenes y despidos masivos. Solo el grupo Inditex anunció en aquel entonces el cierre temporal de más de 4.000 de sus tiendas, mientras que H&M hizo lo mismo con 590 puntos de venta.
Cambio radical
Un grupo encabezado por el diseñador belga Dries Van Noten señaló que la pandemia mundial había sido la mejor oportunidad para tomarse el tiempo de pensar en unos nuevos procesos que fueran más amigables con el medio ambiente y que pudieran mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, por eso crearon un movimiento que busca replantear un modelo de negocio que consideran 'obsoleto e insostenible'.
Digitalización de los eventos
Tanto la imposibilidad de las marcas por presentar sus colecciones de forma habitual como la crisis generada por los cierres produjeron una aceleración de la digitalización en la industria. En Latinoamérica, encuentros como Colombiamoda y el Mercedes-Benz Fashion Week México City se volcaron a la virtualidad mientras que más tarde, en París, los diseñadores se las ingeniaron para mostrar sus prendas de Alta Costura en un formato inédito.
La contienda electoral
La lucha por la Casa Blanca también jugó un papel importante en este recorrido, ya que muchos diseñadores crearon piezas con mensajes que motivaban a las personas a depositar su voto, así como los mencionados tapabocas, que después de haber mutado a elemento estilístico, se convirtieron más tarde en banderas políticas.
Tapabocas, una alternativa de negocio
Las marcas de moda vieron en la venta de tapabocas una oportunidad de negocio que además de suplir la necesidad de los consumidores, ayudarían a reponer de alguna forma un pequeño porcentaje de las pérdidas. Hoy día se encuentran en cualquier tipo de almacén, desde las grandes firmas de lujo hasta los gigantes de la moda masiva, sin dejar de lado a los diseñadores emergentes.




















