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Un reciente estudio de la Universidad de Cornell encendió las alarmas sobre los peligros de los alimentos crudos comerciales para gatos, especialmente los productos liofilizados que se venden a temperatura ambiente.

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La investigación, publicada el pasado 24 de septiembre en la revista Communications Biology, encontró que este tipo de alimentos puede contener bacterias como Salmonella, Cronobacter, Escherichia coli y Clostridium, además de genes de resistencias antimicrobiana que representaron un riesgo tanto para los animales como para los humanos que conviven con ellos.

El análisis incluyó 112 productos comerciales adquiridos en tiendas y plataformas digitales en Estados Unidos entre 2021 y 2023. De ellos, 85 eran crudos (incluidos parcialmente cocidos) y 27 convencionales. Los resultados mostraron que solo los alimentos crudos presentaban bacterias viables, con una diversidad microbiana significativamente más alta que los procesados convencionales.

Entre los hallazgos más preocupantes se destacó que el 91% de las muestras tenía al menos un gen de resistencia antimicrobiana, incluyendo variantes que afectan tratamientos de última línea, como los carbapenémicos. Además, se detectó ADN de parásitos como Cryptosporidium y Sarcocystis, así como hongos como Aspergillus flavus, asociado a ingredientes vegetales en mal estado.

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Los expertos advierten que estos productos pueden actuar como vehículos de transmisión zoonótica, es decir, transmitir patógenos de las mascotas a los humanos, lo cual es especialmente riesgoso para niños, adultos mayores, mujeres embarazadas e inmunodeprimidos.

Uno de los puntos más críticos es la falta de etiquetado claro y regulaciones estrictas, ya que muchos de los alimentos liofilizados no han sido cocidos completamente antes de ser comercializados, pese a venderse como seguros.

“Estos hallazgos confirman que los alimentos crudos pueden ser reservorios de bacterias peligrosas y genes de resistencia, lo que constituye un problema de salud pública global”, concluyen los investigadores.

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