Rosario Arroyo es víctima del conflicto armado desde hace más de 20 años. Su hijo, Hernando Díaz Arroyo, quien prestaba el servicio militar en el Batallón Vergara y Velasco de Malambo, Atlántico, desapareció en 1993, en Riohacha. En el Ejército le dijeron que desertó, pero Hernando, evoca la madre, amaba la carrera militar. El proceso lo lleva la Fiscalía 54 de Derechos Humanos, la cual declaró desaparición forzada.
Rosario ha recibido amenazas contra su vida por tratar de conocer la verdad, pero ella, con lágrimas en los ojos, alega que solo quiere saber el paradero de su hijo. 'A estas alturas creo ya no está vivo, pero quiero conocer lo que pasó', confiesa la mujer de 61 años.
Desde 2013 recibe intimidaciones de diferentes formas y su único esquema de seguridad es un chaleco, un teléfono y un subsidio de transporte.
'Me tocó desplazarme de Malambo a Barranquilla. Quisiera que hubiese mejor gestión en la seguridad y atención de las víctimas', comenta Arroyo.
Misael Delgado, coordinador de la mesa de víctimas del Atlántico, rechazó el asesinato de los dos miembros de la mesa de Víctimas de Achí, perpetrado el pasado domingo, en el área rural del municipio, y reclamó mayor seguridad para aquellos que defienden el derecho de las víctimas.
'Mi familia y yo somos desplazados del Magdalena. En el Atlántico me han amenazado en diferentes ocasiones y hemos tenido que irnos para garantizar el derecho a la vida. Rechazamos todo tipo de violencia contra la sociedad civil', enfatizó Delgado.
Ellos hacen parte de las siete millones 200 mil víctimas registradas hasta la fecha por el Gobierno, a través de la Unidad de Atención y Reparación de Víctimas del Conflicto Armado; y harán parte de los millones de colombianos que se espera recorran hoy las calles en memoria y solidaridad con las víctimas del conflicto.
En el Atlántico hay registrados hoy 203.475 víctimas, de las cuales 128.769 residen en Barranquilla, 38.601 en Soledad, 9.719 en Malambo y el resto moran en los otros municipios del Departamento.
Para Alfredo Palencia, director territorial de la Unidad, la cifra en el Atlántico debe preocupar a sus gobernantes y entidades territoriales, pues 'coincide con los niveles de pobreza y compromete la convivencia'. 'Hay víctimas en el Atlántico que son de otras partes del país, pero no podemos verlos como extraños porque tienen toda la idiosincracia de un atlanticense', agregó Palencia, luego de reunirse ayer con representantes de la Mesa de Víctimas del Atlántico, en la sala de juntas de la Asamblea.
Infancia vulnerada
Según el más reciente informe de la agencia Pandi, 382 niños y niñas padecieron algún acto violento (atentados, combates u hostigamientos) en el país durante el 2014. De acuerdo con la Unidad, desde antes de 1985 y hasta 2015, tienen el registro de 2.235.227 niños y niñas afectados por el conflicto armado en Colombia, en cualquiera de sus formas.
La Defensoría del pueblo declaró que en 2014, 119 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas del reclutamiento forzado, y cada mes, 10 niños y niñas están expuestos al riesgo de vivir esta agresión. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ha atendido desde 1991 a más de 5.000 niños y niñas que han recuperado de las filas de los grupos armados ilegales. Gloria Camilo, gerente de Programas de War Child, aseguró que entre el 50% y el 60% de los niños vinculados a actores armados pertenecen a áreas rurales, afro o indígenas, que tienen una alta vulneración de sus derechos.
Lgbti
El número de casos registrados de la población LGBTI, víctima del conflicto armado, es de 1275, según la Unidad. De estos, 375 corresponden al Caribe colombiano, reportados hasta febrero de 2015.
En la región, Córdoba con 103, Bolívar con 86 y Magdalena con 5 casos son los departamentos con mayores victimas LGBTI identificadas. San Andrés es el de menor registro con un solo caso. Los principales hechos victimizantes que han afectado a esta población son desplazamiento forzado con 182 casos, amenazas con 38 y homicidios con 17 casos.
