Compartir:

Desde el pasado viernes 14 de noviembre empezó correr un rumor en los pasillos del comando de la Policía Metropolitana de Barranquilla sobre la salida del cargo de comandante del general Edwin Urrego Pedraza, quien, casualmente, cumplía ese mismo día un año al frente de la institución armada con vigilancia en esta jurisdicción.

EL HERALDO conoció que su equipo de trabajo, oficiales y suboficiales más cercanos, le preparaban por la mañana una actividad de reconocimiento por su labor y todo se vino abajo cuando el propio oficial manifestó de su salida, al parecer, hasta de la misma institución armada.

¿Qué pasó? La historia tendría su génesis días atrás cuando se desarrolló un operativo en la exclusiva zona de Lagos del Caujaral, en Puerto Colombia, jurisdicción de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

Se trató de un allanamiento realizado el pasado martes 11 de noviembre a la vivienda del jefe de la cartera del Interior, Armando Benedetti, el cual incluyó uniformados de distintas especialidades de la Policía Nacional.

Lo realizado en el domicilio, presuntamente, no cayó bien en las altas esferas del Gobierno y por eso se pidió la cabeza del alto oficial que venía desempeñándose con buenos resultados desde que asumió la jefatura de la Mebar.

Esa versión de la salida del comandante por el allanamiento tomó más relevancia, cuando, en un aparente intento por salvarlo, se conoció de una carta enviada por la magistrada Cristina Lombana, de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, al ministro de Defensa, Pedro Sánchez, refiriéndose al allanamiento a la vivienda del ministro Benedetti.

En la misiva, la magistrada Lombana confirmó que ella misma planificó y dirigió el allanamiento en la propiedad de Benedetti. De hecho, en el mismo escrito, la togada agradeció el acompañamiento de la Fuerza Pública en la diligencia judicial.

Sobre el procedimiento, Lombana destacó del personal que acompañó la diligencia “la disciplina, el resguardo de la información y sobre todo el respeto por la Ley, lo que permitió que la actividad probatoria se adelantara con todo éxito”.

También aclaró que ella misma solicitó el acompañamiento de diferentes especialidades policiales, DIJIN, SIJIN, GOES y afirmó que los uniformados “no tuvieron conocimiento de la misión sino hasta su ejecución”.

¿Un mal momento?

El general Edwin Urrego Pedraza asumió su cargo como comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla en noviembre del año anterior, en medio de un acto protocolario realizado en la Plaza de la Paz.

El oficial venía de ser el director de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, o Dijín, cargo que fue estimado por los gobernantes locales.

Meses atrás, en una entrevista concedida a EL HERALDO, el comandante destacó los logros o avances en materia de seguridad, señalando las reducciones en homicidios por las capturas de sicarios.

“Este año hemos capturado a 160 homicidas, de los cuales 105 fueron por orden judicial y 55 en flagrancia. De ellos, 100 son sicarios vinculados a estructuras criminales. De los 100 sicarios capturados o neutralizados, 93 fueron capturados y 7 neutralizados. Solo 14 de estos sicarios están relacionados con 115 homicidios. Son cifras que hablan del nivel de impacto que tienen estas estructuras en la violencia”, detalló en la entrevista de septiembre.

Ahora todavía podría ser muy prematuro definir cuál sería el panorama para Barranquilla y su área metropolitana en materia de seguridad, en lo que resta del año, con la salida del general Urrego.

A eso hay que sumarle la ya conocida tregua entre las estructuras criminales ‘los Pepes’ y ‘los Costeños’ que hoy tiene una cantidad de interrogantes por las fracturas que han sido visibles.

En las últimas horas se ha citado el nombre del coronel Miguel Andrés Camelo Sánchez como el oficial que sucedería en el cargo a Urrego. Este uniformado estaba actualmente al frente de la Policía Metropolitana de Pereira. Esta semana llegaría a la ciudad para presentarse ante las autoridades locales.