Espanten los ‘goleros’. Tapen el frasco de formol. Guarden el féretro. Devuelvan las coronas flores. Borren los pésames que escribieron en redes sociales. No compren tinto. No hay velorio, descarten el sepelio. Junior está muy vivo y clasificado entre los ocho mejores de la Liga II.
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Contra la gran mayoría de pronósticos, que ya lo daban por muerto, ‘el Tiburón’ redondeó tres victorias consecutivas al vencer 2-0 al Atlético Huila y se metió en los cuadrangulares semifinales, que se sortearán este miércoles.
'¡A Junior tienes que matarlo!', exclamaba Édgar Perea Arias a los cuatro vientos para destacarla bravura de un equipo que daba la batalla hasta el final.
Existía la enorme duda de si esta nómina, por la irregularidad que la caracterizó durante este semestre, era capaz de hacer valer la combatividad histórica del club, pero finalmente demostró que sí.
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El equipo, bajo la batuta de Arturo Reyes, que encontró el equipo moribundo y agonizante que dejó ‘Bolillo’ Gómez, empezó a recuperarse y a ganar vitalidad, en medio de altibajos.
Pero en las tres últimas fechas se levantó de las cenizas en las que se veía y está de nuevo en la pelea.
Luis ‘Cariaco’ González y Didier Moreno, uno de los jugadores con más garra de esta escuadra, más allá de las justas críticas que había recibido por sus limitaciones para conducir y pasar el balón, anotaron los goles del triunfo.
Junior salió como una tromba y fue inmensamente superior a su rival, pero careció de contundencia para reflejarlo más fielmente en el marcador.
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A los 4 minutos ya gritaba su primer gol gracias a una jugada colectiva en la que un toque sutil y sorpresivo de Vladimir Hernández dejó viendo un chispero a la zaga visitante antes de que ‘Cariaco’ recibiera, resolviera con acierto y estremeciera las piolas.
La precisión en el toque (a pesar del mal estado de la cancha en unas zonas), la dinámica, presión y la movilidad de todos ponía titubeante al Huila y hacía más fácil los caminos.
Todas esas fortalezas colectivas favorecían acciones individuales como la salida constante y productiva de Gabriel Fuentes por la izquierda, la chispa de ‘Cariaco’ González, Déiber Caicedo y Vladimir Hernández. ‘la Pulga araucana’ siguió mostrando mejoría y se vio bien hasta que empezó a perder oxígeno y erró algunos pases.
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El equipo se veía engrasado, claro y sólido, más allá de que por momentos los cuatro hombres de ataque no retrocedían y brindaban amplios espacios con los que Huila, con Wilfrido De La Rosa y Jhon Lerma, un lateral rápido y picante, amenazaron un penalti de veces por la derecha.
El gol de Didier Moreno empezando el segundo tiempo, dio una ventaja más tranquila. Y pudo ser mayor, pero a Vladimir se le atravesó el arquero Luis Vásquez y ‘Tití’ Rodríguez desperdició dos opciones nítidas, sobre todo una increíble tras uno de los tantos pase-gol de Fuentes. A Caicedo tampoco le quiso entrar. Ni a Enamorado, que tuvo una menos fácil que las del ‘Tití’.
De todas formas, la misión está cumplida. Se rescató lo que parecía perdido. Ahora viene eso por lo que Junior realmente pelea, el título, el objetivo grande.