José Enamorado volvió a escribir su nombre en la historia reciente del Junior. Luego de conquistar un nuevo campeonato con el equipo rojiblanco, el atacante no ocultó su emoción y dejó un mensaje cargado de gratitud, fe y sentido de pertenencia, reflejo de lo que fue el camino del equipo hacia la consagración.
“Darle la gloria y la honra a Dios, por Él estamos acá. Ganar otra final con el equipo de mis amores no tiene precio”, expresó Enamorado, visiblemente conmovido tras el pitazo final.
El jugador dedicó el título a su círculo más cercano, destacando el apoyo incondicional de su familia a lo largo de su carrera. “Quiero dedicarle este triunfo, esta medalla, a mi familia, a mi esposa, a mi hija, a mi mamá y a mi abuela, que sé que están orgullosos de lo que he logrado con esta institución”, afirmó, antes de cerrar con un grito que retumbó en el corazón del hincha: “¡Que viva Junior y vamos arriba!”.
Más allá de la celebración, Enamorado hizo énfasis en el proceso que llevó al equipo a levantar el trofeo, resaltando el trabajo silencioso y la unión del grupo en los momentos más exigentes del campeonato.
“Quedó todo demostrado. Yo vengo haciendo un trabajo humildemente bien, le he aportado a mis compañeros y solo tengo palabras de agradecimiento para ellos”, señaló.
El jugador subrayó la actitud del plantel durante los cuadrangulares finales, una etapa en la que Junior supo sobreponerse a la desconfianza externa y responder en los partidos decisivos.
“Resalto mucho la humildad en los cuadrangulares, porque cuando nadie daba un peso por nosotros, trabajamos fuertemente y siempre dimos la cara en los partidos importantes. Este equipo demostró para qué estaba”, destacó.



















