Barranquilla fue escogida como sede de la final de la Copa Sudamericana 2026 y el estadio Metropolitano Roberto Meléndez será el escenario que albergará el partido decisivo del segundo torneo de clubes más importante de la Conmebol.
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La determinación fue adoptada por la junta directiva del ente rector del fútbol sudamericano, encabezada por su presidente, el paraguayo Alejandro Domínguez, durante la reunión celebrada en Lima, Perú, en la víspera de la final de la Copa Libertadores 2025 entre Palmeiras y Flamengo, en la que se definió otorgarle a la capital del Atlántico el privilegio de organizar una corona continental.
La noticia fue oficializada por el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, quien se encuentra en la capital peruana desde el jueves participando de los encuentros de directivos y dirigentes del fútbol sudamericano.
La designación ya venía siendo manejada desde hace varios meses en los corrillos del balompié continental y la confirmación se había anticipado públicamente el 11 de septiembre pasado cuando el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Fernando Costa, aseguró que Barranquilla sería la sede, versión que ahora queda ratificada tras la decisión formal adoptada por la Conmebol.
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En el encuentro también estuvo presente el barranquillero Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, quien se mostró complacido con la elección y destacó el significado histórico de la designación para el país y para la ciudad.
Con este nombramiento, Barranquilla se convierte en la primera ciudad colombiana en organizar una final de torneos Conmebol desde que se adoptó el formato de partido único para definir los campeones, lo que eleva el estatus internacional de la capital del Atlántico como sede de grandes eventos deportivos y consolida al Metropolitano como uno de los escenarios más importantes de la región.
Apenas termine la participación de Junior en la Liga, el estadio Metropolitano será sometido a un ambicioso plan de modernización y ampliación de su aforo, además de una serie de reformas estructurales exigidas por la Conmebol para este tipo de eventos.
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Las obras contemplan adecuaciones en tribunas, zonas de prensa, camerinos, áreas VIP, accesos y servicios, así como mejoras en el campo de juego, con el objetivo de cumplir a cabalidad los estándares internacionales y garantizar un espectáculo de primer nivel.
Para Barranquilla, la final de la Copa Sudamericana 2026 representa una vitrina sin precedentes ante el continente. La ciudad recibirá a miles de aficionados, delegaciones deportivas, prensa internacional y turistas, lo que tendrá un impacto directo en sectores como la hotelería, el comercio, el transporte y la gastronomía.
Más allá del fútbol, el evento es una oportunidad para proyectar a la ciudad como un destino capaz de albergar acontecimientos de talla mundial, con infraestructura, organización y experiencia probada.
La Conmebol, por su parte, valoró la trayectoria del Metropolitano como sede habitual de la selección Colombia y su capacidad logística, además del compromiso de las autoridades locales para ejecutar las obras requeridas en los tiempos establecidos.
Esta será la segunda final de Sudamericana que acogería el coloso de la Ciudadela, pero la primera en el formato de partido único.
Ya vivió el choque por el título de este mismo torneo en 2018 entre Junior y Athletico Parananese, pero en esa oportunidad era una serie de dos partidos de ida y vuelta. Se comenzó en Barranquilla y se concluyó en Curitiba, donde el local se impuso en definición por tiros desde el punto penal.

























