La reina del BMX, Mariana Pajón, se encuentra de visita en Barranquilla, ciudad a la que ya considera como su segundo hogar, para impulsar un proyecto que la ilusiona, el ‘Gran Fondito Mariana Pajón’, que se realizará en octubre en la pista Daniel Barragán.
EL HERALDO aprovechó la presencia de la bicicrosista para hablar de su presente y de su gran sueño de cara al futuro: “quiero estar en Los Ángeles 2028”.
¿Qué siente al venir a Barranquilla?
Feliz de estar acá. Cada vez que llego, desde que me bajo del avión, siento un aire espectacular. A mí me encanta la energía de Barranquilla. Siempre me ha gustado desde muy pequeña. Venir acá nos tiene muy emocionados, porque ya siento la ciudad como una segunda casa. Ya hemos venido varias veces, y cada vez la siento más cercana, cada vez me siento más local acá. Estamos felices porque les traemos algo que hemos trabajado con mucho cariño, con mucho corazón, para el Caribe, para Barranquilla, para Colombia.
¿A qué se debe en esta oportunidad su visita?
Les traemos una gran invitación, algo que hemos trabajado con todo el cariño. Es un evento de mi familia para las familias colombianas, para los niños entre los 2 y los 14 años. Se llama ‘Gran Fondito Mariana Pajón’, en su tercera edición. Se ha hecho en Medellín, pero esta vez salimos para recorrer el país y lo hacemos en la linda ciudad de Barranquilla, en el Malecón. Es un evento de ciclismo, también de patinaje, con atracciones para toda la familia. No necesitas ser profesional, ni tener una bici de competencia; cualquier bicicleta sirve. Se pasa genial y hay muchas sorpresas.
¿Cuándo se va a realizar?
El 11 y 12 de octubre. Aún falta tiempo, pero hay que prepararse desde ya porque las inscripciones ya están abiertas y los cupos se acaban.
Es sin duda la imagen del BMX en Colombia. Muchos niños practican este deporte gracias a ti. ¿Qué se siente ser ese referente?
Es una gran responsabilidad. Por eso mi fundación hace eventos como este. Queremos dejar un legado. A los niños hay que inspirarlos, educarlos, motivarlos con valores. Es ahí donde se construye país. Este evento tiene todo eso: educación, deporte y familia. Me apasiona trabajar con ellos, porque sé que es una edad donde sí se puede dejar una huella verdadera.
¿Cómo ve el presente del BMX en Colombia?
Muy bueno. Siempre hemos tenido bicicrosistas increíbles. Mis ídolos ya eran campeones mundiales. Hay un relevo impresionante, especialmente de niñas. Antes no había muchas. Ahora hay un talento increíble. Aunque me preocupa el tema del apoyo. A veces me asusta qué va a pasar, pero sé que seguirán saliendo campeones, porque entrenan, luchan, hacen rifas, lo que sea para competir. Eso me llena de esperanza.
¿Cómo ve el crecimiento del BMX en Barranquilla?
Enorme. Yo venía a pistas pequeñitas, hechas por los papás con pico y pala. Y aún así, siempre han tenido campeones. Hoy tienen una pista hermosa que lleva el nombre de Daniel Barragán, un gran referente. Gabriela Bolle fue conmigo a los Olímpicos. Y viene Sharid Fayad, que es el futuro. También Sofía Arrieta, que es más pequeña, pero con una disciplina admirable.
¿Qué opinión tiene de cada una?
Gabriela es impresionante. En Juegos Nacionales siendo niña ganó plata. Llegar a Juegos Olímpicos ya es un logro gigante. Sharid está arrasando en sub-23 y compite a nivel élite, es un talento con presente y futuro. Sofía tiene una entrega y disciplina única. Sé que va a llegar muy lejos. Ella no sabe que yo la he visto competir, pero sí, la sigo y estoy muy impresionada con los avances que está teniendo.
Hace poquito tuve la fortuna de entrevistar a un boxeador olímpico barranquillero que no tuvo la suerte de ganar medalla y nos decía que acá en el país solo valoran y recuerdan a los que ganan, pero llegar allá también es un logro grandísimo, por todo lo que se sacrifica y se trabaja en ese camino. ¿Usted siente lo mismo?
Completamente. La gente no imagina lo que cuesta llegar a unos Juegos Olímpicos. Todos los que clasifican tienen el nivel para ganar. A veces no se da por detalles, hasta por suerte. Pero ya clasificar es un logro enorme. Ojalá dejemos de ser tan resultadistas y valoremos que alguien nos representó con todo ante los mejores del mundo en cada deporte.
¿Le preocupa la falta de apoyo, teniendo en cuenta la enorme reducción al presupuesto para el deporte en el país por parte del actual gobierno?
Muy preocupante. Muchos deportistas y sus equipos están sin sueldo. No es solo el atleta, es el fisioterapeuta, el entrenador, el médico. Todos hacen parte de esto, no están recibiendo pago desde hace un tiempo y están buscando qué hacer. No hay selección Colombia de BMX desde los Olímpicos. El deporte no es solo medallas. Genera tejido social, educación, salud, inspiración. Es hora de entender eso y apoyar más.
¿Cómo vivió los últimos Juegos Olímpicos en París?
Con el corazón roto (risas). Esperaba más que ese noveno lugar. Pero llegar a unos cuartos Juegos Olímpicos ya era un sueño. París es mi segundo hogar, fueron unos juegos hermosos. No logré lo que soñaba, pero llegar hasta allá y darme cuenta de que soy fuerte fue un premio. Entendí que perder también es parte del proceso, que hay que seguir.
Recuerdo una imagen suya después de quedar eliminada donde se mostrabas muy sentimental, pero también mu agradecida…
Fue un ciclo olímpico difícil, con muchas cirugías. Solo llegar a París fue gigante. Y sí, hay que mostrar que uno también puede perder, llorar, doler. Pero también agradecer. No hay que quedarse con el resultado de un mal día. Hay que mirar todo lo que se ha logrado, todo el proceso.
¿Cuál de todas las medallas olímpicas que ganó considera que es la más especial?
Todas tienen una historia. La de Londres fue un sueño, muy joven. La de Río fue una locura por la presión que había. Parecía que debía ganarla sí o sí por lo hecho en Londres, y gracias a Dios se dio. Pero la de Tokio, la de plata, es la más linda para mí. Llegué con una lesión, sin físico, pero con mucho corazón. Esa medalla me sacó una fuerza mental que no sabía que tenía, por eso es tan especial. Sin duda me quedo con la de Tokio.
¿Cómo le gustaría que la recuerden?
Bueno, ya estás como medio retirando... (Risas). No, todavía hay Mariana para rato. Pero sí me gustaría que no me recordaran por ningún triunfo ni por medallas. Sé que es muy lindo, sé que entonamos el himno varias veces, que han estado conmigo, que han celebrado junto a mí y también me han apoyado cuando las cosas no han salido como queríamos. Pero quisiera que me recordaran como esa guerrera, esa niña que nunca se rindió y que fue capaz de soñar en grande, que no escuchó los ‘es imposible’ o los ‘nunca vas a llegar’, sino que creyó. Creo que eso es lo más bonito. Una guerrera, una niña feliz que creyó demasiado en ella.
¿En una palabra, cómo se definiría como persona y como deportista?
Perseverancia.
¿Siente que hay un antes y un después en el BMX colombiano con Mariana Pajón?
Sería raro, y poco humilde, decir que sí, pero sí creo que hubo un cambio de mentalidad muy grande. De pequeña tuve la posibilidad de irme a correr por Estados Unidos, tenerlo todo allá cuando acá me cerraban las puertas, cuando no me apoyaban. Pero me quedé porque pertenezco a Colombia y sentía que sería más lindo ganar con esta camiseta. Después de Londres el deporte creció un 600%. Antes de eso se preguntaban qué era el BMX. Hoy todo el mundo lo sabe. Así que sí, hubo un cambio de mentalidad y un reconocimiento que tanto soñé para mi deporte.
¿Qué ha pasado en su vida deportiva y personal después de París 2024?
Después de los Juegos Olímpicos hice un alto. Había dedicado demasiado, sacrificado mucho. Me di tiempo para hacer lo que la gente ‘normal’ hace: estar en casa con mi familia. También dediqué más tiempo al Gran Fondito, estuve en Barranquilla. Competí en Europa y Francia hace poco, pero este año ha sido como de transición. Quiero reconstruirme física y emocionalmente para volver más fuerte, sobre todo en 2026 y hacer todo un nuevo ciclo olímpico.
¿Qué viene para Mariana Pajón?
Viene un nuevo reto, no me quedo con lo que ya pasó. Me encanta la bici, es mi lugar feliz. Quiero recuperarme al 100% y arrancar nuevamente, pensando en Los Ángeles 2028.
¿Eso quiere decir que sueña con una quinta justa olímpica?
Sí, ahí voy (risas), con calma, pero proyectándome.
¿Qué sintió cuando se conoció que Barranquilla y el país perdió la sede de los Juegos Panamericanos 2027?
Fue muy doloroso. Perdió el deporte, pero también el país. Perdimos en término de economía, turismo, infraestructura, legado deportivo y a nivel cultural. Me dolió especialmente porque fui parte de un grupo de deportistas que luchó para que no se perdieran. Fue una oportunidad muy grande que no se aprovechó, y ojalá de alguna manera se pueda compensar.
¿Se veías compitiendo en esos Juegos Panamericanos?
Sí, claro. Me veía compitiendo acá. Habría sido un sueño representar a Colombia en casa.
¿Le gusta otro deporte además del BMX?
Fui gimnasta por muchos años. También me gusta el automovilismo, está en la sangre por mi familia. Me interesa el tenis también. Pero siempre tuve un plan A: el BMX.
¿Qué sería hoy Mariana Pajón si no hubiera sido bicicrosista?
Creo que hubiera sido médica, tal vez del deporte o pediatra. También me pregunto qué hubiera pasado si no hubiera dejado la gimnasia... pero la vida me dio la oportunidad perfecta con el BMX y fue la mejor decisión.
¿Cuál ha sido el momento más duro de su carrera?
He pasado por muchos. La gente cree que todo me fue fácil, pero no fue así. Al principio no me apoyaban, no creían en mí, y era difícil como mujer en un deporte de hombres. He tenido muchas lesiones, pero la más peligrosa fue una caída en Londres donde sufrí un hematoma en el riñón que no detectaron a tiempo. La más dura fue una lesión en la rodilla: ligamentos cruzados, colaterales, meniscos... estuve un año fuera.
¿Cómo define el éxito más allá de las medallas?
Para mí las medallas son una recompensa al trabajo, pero el éxito para mí es esa felicidad que sientes cuando haces las cosas. Es la tranquilidad de saber que lo diste todo, que lo hiciste con pasión. Para mí, eso es un oro.
¿Ha sentido en algún momento que ya no más, que está cansada del BMX?
Claro que sí. No es fácil entrenar ocho horas diarias para correr 40 segundos cada cuatro años. Hay días que estás triste, lesionada, con dolores... y te toca seguir. También hay cansancio emocional, incertidumbre, falta de apoyo. Pero en los momentos en que uno quiere tirar la toalla, también puede renacer.
¿Cómo maneja su vida como mujer, como esposa y como deportista de alto rendimiento?
Primero soy persona antes que deportista. En mi casa cierro la puerta y soy hija, esposa, hermana. La clave está en las prioridades. Saber qué es lo más importante para ti y organizar tu vida alrededor de eso. El deporte me enseñó a organizar mi tiempo, a tener balance.
¿Qué es lo más curioso que le ha pasado o qué es lo que más le incomoda de la fama?
Que estés en boca de todos. A veces crean chismes, ahora con la inteligencia artificial, más peligroso aún (risas). Yo era una niña introvertida, entonces no ha sido fácil estar tan expuesta. Eso, quizá, es lo que más me molesta, pero bueno, puedo decir que a mí los medios me han tratado muy bien, siempre han estado apoyándome, ayudándome, y eso me genera felicidad.
¿Qué otro gran deportista colombiano admira?
Moisés Fuentes. Un nadador paralímpico increíble, no solo por lo que ha ganado sino por lo que representa.
¿Cuál es la persona más famosa que le ha escrito por redes sociales?
¡Uy! Esto está muy tenaz (risas). Hace poco vi algunos mensajes que, por ejemplo, me ha puesto Sofía Vergara, que casi me da un infarto porque no los había visto, qué pena (risas). Por ejemplo, cuando tuve aquella lesión grave de rodilla en 2013 o 2014, al mismo tiempo se lesionó Falcao. Para mí él fue una inspiración muy grande, ver cómo se estaba recuperando de rápido y a mí él me apoyó mucho con sus mensajes. Y ‘Rigo’ (Rigoberto Urán), que también ha sido una persona que me ha inspirado muchísimo en mi carrera y fuera del deporte también.
¿A quién le pediría una foto o un autógrafo?
A algún piloto de Fórmula 1 o a un tenista como Roger Federer o Rafael Nadal. Me encantaría hablar con ellos y preguntarles muchas cosas.