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Si se buscaba un rival escondido para disputarle a Nairo Quintana su favoritismo en el centenario del Giro de Italia, apareció: el holandés Tom Dumoulin, del Sunweb, que ayer reforzó la camiseta rosa y de líder tras ganar la etapa 14, entre Castellania y Oropa, de 131 kilómetros

Fue una exhibición de táctica, paciencia y poderío de Dumoulin, que hoy cuando nuevamente la montaña se mantengan en escena, tendrá que pedalear a la par de Nairo Quintana.

El colombiano, segundo en la clasificación general, sufrió en los últimos metros a la escalada a Oropa. 'Ha sido un final algo diferente a lo que esperábamos. Pienso que he hecho una gran subida, intentándolo y gastando todas las fuerzas que tenía para probar a los rivales, pero hemos visto a un Dumoulin realmente fuerte, que ha realizado una gran ascensión', dijo Quintana .

Dumoulin, de 26 años, se puso en modo Indurain y tras pasar ciertos apuros ante los ataques de Nairo Quintana en la subida a Oropa, alcanzó al colombiano, le atacó y seleccionó a un grupo de cuatro que completaban el ruso Zakarin y el español Mikel Landa.

'Al no poder seguir el primer ataque de Nairo Quintana tuve que seguir mi propio ritmo. Luego me fui acercando cada vez más y al final vi que podía atacar y me animé. Al comprobar que Quintana se quedaba fue algo increíble', contó Dumoulin.

Después de varios escarceos Zakarin soltó el primer petardo a 6 km de la meta, sin resultado algunos. Luego la traca de Quintana, quien arrancó en tres ocasiones. La tercera, a 3,7 km de la cima, parecía la definitiva. El de Boyacá se fue con Zakarin. Por detrás se descolgaron Pinot y Nibali, pero el líder reguló el ritmo, puso a Quintana en el punto de mira y vio que la silueta tostada del colombiano no se perdía en lontananza. El holandés, rebelde con causa, alcanzó el objetivo a 2.500 metros del santuario.

No conforme con neutralizar al ganador del Giro 2014, Dumoulin atacó para dejar claro que le sobraban las fuerzas. Un aviso intimidador. Se juntaron los que antes se habían puesto la rosada: Zakarin, Yates, Quintana y Landa.

El ruso quería la etapa y atacó, pero se encontró con la resistencia del indomable Dumoulin, quien arrancó con contundencia para hacer sufrir a Quintana, descolgado y penalizado por la bonificación. Premio para un líder sólido y ambicioso. Es cierto que empieza a recordar a Indurain.

La etapa 15 se disputará entre Valdengo y Bérgamo, de 199 kilómetros, con un interesante final que incluye dos puertos habituales que pueden albergar alguna sorpresa.