En el mes de junio en pleno cambio climático, sin precedentes en la historia del mundo y que tuvo unas temperaturas de 35 y percepción de 40 grados Celsius.

El cambio climático es la mayor amenaza medioambiental que enfrenta la humanidad. Las variaciones climáticas han existido desde los orígenes de la Tierra, pero hoy asistimos a un cambio climático global sin precedentes, y provocado por el hombre.

Sobre el tema, EL HERALDO publicó una petición de la empresa Air-e SAS (cuyas altas tarifas pagamos los barranquilleros) a la CRA- Corporación Autónoma Regional del Atlántico, para que empiece a podar árboles señalados. Primero dice podar pero luego dice talar, o sea eliminar. En estos momentos que la ciudad necesita de todo el follaje existente para defenderse de una temperatura que sube todos los días y que no sabemos hasta cuando nos atormentará.

El primer efecto es el aumento del uso de abanicos y artefactos de ventilación en las familias desesperadas por el calor y justifica el alza implacable de las tarifas que no sabemos hasta cuando podremos pagar. O sea que Air-e SAS gana por punta y punta.

En el mundo entero hay indignación por la deforestación que está acabando con la Amazonia y aquí la empresa de energía no tiene ningún reparo en comenzar la deforestación de Barranquilla, la ciudad donde vivimos.

A la empresa de energía le molestan los arboles que pueden entorpecer sus cables eléctricos, uno se pregunta si con tanta plata que ganan, es hora de que esos cables eléctricos se conviertan en cables subterráneos, como en todas las ciudades modernas.

La Constitución colombiana ordena al SINA proteger el derecho de los ciudadanos a un medioambiente sano.

La Corte Constitucional reconoce el derecho de los ciudadanos a defender sus espacios amenazados con proyectos perjudiciales. Talar los árboles, por ejemplo, porque afectan la movilidad de buses y camiones, es un delito ambiental y totalmente anacrónico. Pertenece a estrategias vencidas cuando se ignoraba el daño que hacían sus motores al medio ambiente.

La responsabilidad de defender la sanidad ambiental pertenece a todos, no se puede dejar sólo en manos de las autoridades.

Necesitamos árboles de cinco metros de altura que secuestren esa cantidad de carbono y mejore las temperatura tan altas que estamos padeciendo por el cambio climático, estamos atentos a preservar lo sembrado de bongas altísimas, lluvias de oro de más de cinco metros, entre otros árboles en diferentes sectores de la ciudad .

Será que la empresa de energía en su frenesí de ganancias no se ha dado cuenta que acabando con los árboles puede acabar también con los usuarios.