En medio de tanto enredo político y politiquero bueno hacer una pausa para no dejar que baje la efervescencia que produjo el campeonato de béisbol alcanzado recientemente. Hoy tenemos tres deportes profesionales, baloncesto y béisbol con éxito total, y fútbol con gran acogida aunque sin trofeo a la vista pues el Junior pareciera dirigido por Rueda, tremenda nómina cara y juega a nada.

Pero el tema es el béisbol, nuestro deporte Caribe, que pese al buen papel desempeñado por Caimanes, la gran mayoría de peloteros campeones son de fuera. Es que una cosa es armar un equipo contratando extranjeros, y otra es formar jugadores locales con miras al profesionalismo. Sabemos que el deporte es una importante vía de superación social y económica, y que son muchos aquellos que desde niños sueñan con surgir a través de algún deporte. Ya se logró instituir el Ministerio del Deporte que, en teoría, debe fomentarlo y organizarlo nacionalmente. Pero no lo hace. Y aquí existe Indeportes, que tampoco. Resultados no se ven.

Es que para que haya buen deporte y buenos jugadores es imprescindible contar con buena dirigencia, estructura operativa, apoyo estatal, y compromiso del sector privado. Nada de eso existe en el béisbol aficionado. Las Ligas las oficializa el Estado, pero no les vuelve a prestar atención. En días pasados la Liga recién elegida renunció en bloque, fijo por peleas intestinas. Pero si hubieran seguido nada distinto pasaba, no funciona la dirigencia. En teoría, por iniciativa privada se conforman los Clubes Deportivos, que deben llenar requisitos de ley para aprobarlos y reconocerlos, y así puedan a su vez conformar e inscribir equipos. No hay una exigencia mínima para quien aspire a representar un Club, y ahí comienza el problema, porque los representantes de los Clubes intervienen en la operación de la Liga mediante asambleas que se convierten en sancocho de intereses líchigos, donde el Estado no impone autoridad, y por ello actúan como ruedas sueltas. O sea, estructura si hay, pero es una nave sin capitán. El apoyo estatal es de papel. Creen que se trata únicamente de dinero. Empero, si el Ministerio dictara una norma obligatoria para todos los colegios y universidades de conformar equipos de todas las disciplinas, y realizar subsidiados torneos otorgando becas por buen desempeño deportivo, se ampliaría la participación. Pero nada.

Aquí estamos al revés: tenemos tremendos estadios y buenas canchas, pero no tenemos jugadores que las utilicen. Tenemos buenos partidos profesionales, pero es triste ver cantidades de sillas vacías, y a nadie se le ocurre regalar boletas a los colegios y brindar un confiable transporte que regrese a los niños a casa, que así se construye interés y fanaticada. Tenemos muchas empresas privadas que apoyarían, pero no tenemos incentivos para dicho apoyo.

A Mindeporte, a Indeporte, a todos los involucrados hay que exigirles que piensen en grande y hagan la tarea con juicio para que, no sólo en el Caribe sino en todo el país, funcione un béisbol organizado y masivo.

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