El niño menor, sin camisa, montado, tranquilizaba el burro en la barranca de la represa y cuidaba sus angarillas desocupadas. En el suelo dos latas vacías de insecticidas ya usados y la hermana mayorcita las iba llenando. De pronto el mayor de los hermanos apareció en la barranca. Acudió a ayudarla subiéndose los pantalones y espantando el ganado que contemplaban la rutina matinal. Cargaron su agua y de vuelta a su casa en la vereda. La foto de la vulnerabilidad ¡sin agua, alcantarillado y aseo! Los futuros ciudadanos compartiendo el hábitat con el vacuno y arriba tristes, los guacamayos viéndolos, lloraban.
La A es la primera letra del abecedario y la que se encuentra con mayor frecuencia en el Diccionario de la Real Academia. Resalta su importancia ser la primera letra del alfabeto y establece un orden jerárquico en la importancia de las propuestas. Pertenece al grupo de las vocales fuertes. La salud publica promueve estilos de vida saludable y por medio de la prevención y protección previene las enfermedades. Tiene un abecedario y este empieza con la letra A: agua potable, alcantarillado, aseo. La OMS amplia el concepto y habla del estado sanitario y ecológico del ambiente de vida.
El agua es un derecho humano y es un deber del estado suministrar a los ciudadanos para que haga parte de los requisitos de una vida digna. Es un derecho fundamental irrenunciable y un imperativo social no aplazable. Las cifras en Colombia en agua potable muestran una brecha de injusticia incomparable: las áreas urbanas alcanzan el 92% y en la Colombia olvidada, la rural -la que no existe en la mente de sus conciudadanos- solo el 46%. En América Latina solo el Chille lleva 100% agua potable a sus habitantes y en esa escala de pendientes sociales Colombia está dentro de los países con indicadores más bajos en saneamiento ambiental. Y no hemos hablado de la continuidad horaria del servicio de agua potable suministrado.
Todos los caminos conducen a Roma, la consabida frase. A pesar de los vericuetos que tomemos la vía final lleva al mismo sitio. Para desviarnos y no pensar en eso tratamos de mirar los progresos, estudiar la calidad del agua y del saneamiento básico, las fortalezas y debilidades del sistema etc. etc. Nada cambia el destino. Hay un camino que nos lleva a la Roma perversa, descompuesta y putrefacta: la corrupción, pandemia social de esta patria.
En forma valiente Diana Giraldo escribió sobre los acueductos en Cordoba. El Regional del San Jorge y el Regional Costanero. Los muchachos que describí al inicio y sus familias son víctimas de este último y tienen derecho a preguntar por la inversión de 45 mil millones de pesos que costó. La mala calidad y el aspecto de arena del agua no han logrado que los alcaldes lo reciban. ¿Cuál será la tasa de morbilidad y mortalidad infantil por el consumo de agua de baja calidad? Cuantos años llevamos en este robispicio y no hay nadie que se pronuncie al respecto. Que pasa con la Superintendencia de Servicios Públicos y los Organismos de Control. Con agnosia auditiva (oye, pero no escucha) es el Plan de Aguas Departamentales de Córdoba. ¿Hasta cuándo? A esta dependencia le hace falta neuroplasticidad.