Cuando terminé de escribir esta columna esa fue la pregunta que me quedó sonando. Verán por qué. Si alguien duda, por ejemplo, sobre el poder de las mineras, compañías casi todas extranjeras que deslumbran con sus cifras de inversión, basta recordar la historia  de la Sociedad Mocoa Ventures que reinicia actividades en Putumayo. Obtuvo permisos express en 2009 cuando, deslumbrado por la inversión extranjera, el gobierno colombiano entregó ricos territorios a los mineros. Entonces frenó ese entusiasmo oficial una población que defendió los derechos al agua de ingas, kamsaes, yanaconas, pastos y sionas a quienes se condenaría a beber aguas contaminadas de mercurio. Se pondrían en peligro 1.000 especies de la fauna y 384 de la flora, que una consulta previa habría puesto en evidencia. Pero no la hubo, para un gobierno encandilado por las cifras: el PIB, con una libertad de inversión minera, subiría un 0,32% a cambio del destrozo natural y social, que denunciaban las comunidades. Ante esto, ¿alguien puede justificar las licencias express y los privilegios para las mineras?

A su vez, los privilegios en materia de pensiones atentan contra cualquiera de las normas de igualdad ciudadana de la Constitución. Se sintió como un insulto aquella historia de un congresista (¡otro!) que después de 49 días de reemplazo a otro congresista, obtuvo una pensión de 18,4 millones mensuales, respaldado por el Consejo de Estado. El astuto congresista había obtenido el promedio del último año para medir su pensión cuando debía promediar los últimos 10.

Escandalizan las cifras y aquella decisión del Consejo de Estado, pero indigna, además, el proceso de artimañas legales que siguen congresistas como estos para asaltar los dineros públicos. Un asalto que sigue, ¿por qué?

Pero qué decir del privilegio de los laboratorios para convertir la salud humana en una mercancía. A eso equivalen sus habilidades para imponer los precios inverosímiles. Además, en 10 años (2000 a 2010) los laboratorios lograron recobros del Fosyga 421 veces mayores que los de años anteriores.  Pasaron de 4.244 millones de recobros a 2 billones 236.120 millones. Colombia fue clasificada como la número 1 de las medicinas caras en un estudio sobre 93 países de la Health Association International. Algunas medicinas costaban 400 veces más que en  otros países. El problema lo agravaron las exclusividades que el gobierno combatió con una lista de medicamentos que no sería exclusivos. Roche logró sacar 8 que mantuvo en exclusividad y a un alto costo. ¿Cómo lo logró? 

La industria de medicamentos ha llegado a ser más poderosa que los estados y que la misma autoridad internacional: la OMS. Ifarma explica: la entidad mundial opera con los donativos de la industria farmacéutica, la misma artimaña con que los laboratorios manejan autoridades, periódicos, organizaciones, medios de comunicación.

Toda una deprimente explicación que vale para el blindaje de las bebidas azucaradas que acaban de obtener una ley favorable, como todos los que han convertido al ser humano en una mercancía y a la vida humana en un mercado. Son ellos los que mandan, ¿o no?