Ñero es la manera muy barranquillera de expresar su aprecio a otro. Es, para nosotros los “quilleros”, más que compañero, como dirían en otros lares. Y precisamente es por eso que al conocido periodista Jaime Jiménez se le ocurrió en 1989 instituir un reconocimiento a barranquilleros que en concepto de él y de un grupo asesor, que Jaime llama “Jurado”, merezcan ser considerados cada año, como el Ñero más Ñero. Y para hacerlo conocer, Jaime lo promociona a través de su programa radial Onda Nueva, por Emisoras Unidas. No es, ni mucho menos, un título nobiliario, ni un honoris causa de una reconocida universidad, ni un premio remunerado, no, nada de lo anterior. Es, como lo manifesté al principio, simple y llanamente un reconocimiento a quien por su trayectoria en esta, nuestra querida ciudad, merezca calificarse como el Ñero más Ñero.
Pues resulta que en este 2019 fui escogido por Jaime Jiménez y su grupo de insobornables asesores, entre los que se encuentran Rodolfo Zambrano, José Lapeira, Billy Certain, Emilio Lébolo, Susy de Schmulson, Arturo Martínez y otros muy reconocidos barranquilleros que conocen muy bien “quien es quien en la arenosa”. A ellos mi agradecimiento sincero. Entre quienes me precedieron con esta distinción se cuentan Adelita de Char, Olga Emiliani, Karl Parrish, Helmut Bellingrodt, Humberto Salcedo Collante, Armando Zabaraín, el Dr. Libardo Diago Guerrero, Rodolfo Zambrano, Emilio Lébolo Castellanos y otros.
Siempre he procurado aportarle a nuestra ciudad a través de la columna que cada dos martes me permite EL HERALDO, así como cuando presté mis servicios como secretario de planeación para organizar el POT anterior, y como gerente de Edubar cuando se estaban construyendo todas las obras de la primera valorización, sucediendo en este cargo a Roberto Zabaraín, un barranquillero que fue clave en el inicio del despegue urbanístico de nuestra ciudad. Desde muy joven he estado al frente de varias empresas de las cuales he sido propietario o socio, siempre pensando en función de ciudad, para la que he diseñado proyectos que se han convertido en realidad.
Aunque conozco esta distinción desde sus inicios, solo hasta ahora que la he recibido, es que he podido dimensionar cómo los barranquilleros le dan especial importancia, porque han sido cantidad de mensajes de felicitación con muy grato respaldo, así como llamadas y manos estrechadas en señal de aprobación. A todos los que se han tomado el trabajo de hacerme conocer su apoyo, mis agradecimientos, así como a quienes me acompañaron el día en que me fue entregada esta “ñerísima” distinción.
Otro tema: ¡Galerazamba renace y de qué manera! De puro curioso y en plan de paseo me desplacé el anterior Viernes Santo hacia esta población para ver de cerca el llamado mar rosado, además de apreciar que esas salinas, que por desidia oficial casi desaparecieron, han cobrado una nueva vida productiva, me impactó la impresionante cantidad de visitantes que estaban en el mismo plan. Una interminable fila de carros que se contaban por cientos, y miles de turistas alrededor de esas inmensas lagunas rosadas, ameritan que el gobierno de Bolívar le invierta en infraestructura turística. Hoy Galerazamba se lo merece.
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