Después de ver las indignantes imágenes de Carlos Mattos, el preso paseador, volvemos a la misma conclusión de siempre, que en Colombia no hay entidad pública que no destape y sea un nido de corruptos, contratos y plata por debajo de la mesa es lo normal en este país, ahora bien, lo del INPEC como en su momento fue el Das es insostenible, cinco reflexiones de por qué se debe de una vez por todas acabar el INPEC.
Primero. Esa entidad está carcomida por la corrupción y no de ahora sino de siempre, es histórico y conocido por todos como se han manejado las cárceles en Colombia, donde entran armas, drogas, prostitutas, teléfonos, todo tipo de lujos, las celdas de los vip tienen televisores, neveras, menús diferentes, solo es recordar cómo era la celda de Pablo Escobar en la Catedral o como vivían capos del cartel del Norte del Valle, eran clubes con garrotes.
Segundo. Los patios eran y son manejados por estructuras criminales, en su momento se disputan los patios combatientes de las guerrillas y los paras, también entre cárteles, y bandas del crimen organizado, ellos cobran y manejan todo, desde el alquiler de colchones, hasta todo el mercado del micro tráfico de la cárcel, son dueños y señores.
Tercero. Las violaciones a los derechos humanos, que empiezan por el hacinamiento en condiciones deplorables, responsabilidad del Estado, hasta asesinatos, torturas, picados y desaparecidos, la vorágine de sangre en cárceles como la modelo de Bogotá merece todo un capítulo en la memoria histórica de este conflicto.
Cuarto. Los presos Vip, que no se limitan a tener lujos en sus celdas, sino como el señor Mattos tienen la posibilidad de pagar salidas para visitar a sus familias, ir de viaje un fin de semana y coordinar sus actividades particulares, entre esos vip estaba la señora Aida Merlano que tranquilamente la llevaron a su cita odontológica en una clínica privada, a ver si otro preso de un patio común y corriente le dan el mismo tratamiento.
Cinco. La mafia de los abogados vip de las cárceles, lo de Mattos es increíble, el abogado tranquilamente se reúne en la oficina del reo durante horas a sus anchas y abajo los espera el servicio de uber INPEC, es una vergüenza, pero este hecho comprueba que esto no es la excepción sino la norma, abogados que manejan los servicios que ofrece la guardia y es un círculo perfecto de corrupción.
Seguramente de este hecho eso va a quedar ahí, ni el Consejo Superior de la Judicatura, ni ninguna entidad sancionará disciplinariamente a este abogado del caso Mattos, como en otros casos todo queda en total impunidad.
Todos estos desmanes pasan frente a los ojos del INPEC que siempre mira para otro lado o cierra los ojos, es hora de que se liquide el INPEC y que llegue una nueva institución con polígrafo en mano a ponerle orden a esa mafia carcelaria que hoy manda en Colombia.