La propuesta en días pasados de Marta Lucia Ramírez sobre crear un servicio militar obligatorio para mujeres es un indicador más de su profunda ignorancia frente a los temas de la seguridad y defensa; ser ex ministra de Defensa no es una prenda de garantía de ser experto en un tema.
Frente a la propuesta de Ramírez tres reflexiones: Primero, a nivel mundial los Ejércitos buscan principalmente profesionalización de sus fuerzas, eso implica tener un personal más capacitado, mejor entrenado y con mejores equipos y capacidades, tener soldados de servicio militar obligatorio genera más gasto que inversión al medio o largo plazo ya que estos jóvenes solo esperan recibir su libreta militar para poder trabajar y nunca vuelven a las filas, por eso se busca la profesionalización de los ejércitos donde los soldados tengan un proyecto de vida dentro de la institución y así realmente se podría hablar de una inversión frente a su capacitación y trabajo.
Segundo, Brasil ha sido uno de los abanderados regionales en desarrollar un concepto denominado “menos grasa y más músculo”, que hace referencia a un mayor esfuerzo por adquirir más tecnología para la defensa en lugar de tener números tan grandes de hombres; este reemplazo de la tecnología por el humano se materializó en su programa de vigilancia y protección de la amazonia conocido como el SIVAM SIPAM, en el que en vez de tener batallones de hombres en la selva, se invirtió en la adquisición de radares, acceso a imágenes satelitales y drones, lo cual les permitió tener fotografías y videos en tiempo real, información clave para la toma de decisiones. Sin duda, los esfuerzos en los ejércitos del futuro serán en ciencia y tecnología.
Tercero, crear el sofisma de que esta propuesta iba encaminada a una igualdad de género es completamente desubicado, pues si en verdad se quiere promover la igualdad de género se debería permitir el ingreso de mujeres como soldados profesionales, eso sí sería un espacio de equidad, pero buscar una igualdad en una herramienta que ya se vuelve anacrónica a nivel mundial es un error.
Cuarto, la propuesta de Marta Lucia Ramírez se dio en el marco de toda la ola de escándalos de corrupción, persecución a líderes de la oposición, periodistas, defensores de derechos humanos y líderes sociales que evidenció la investigación de la Revista Semana, cuyas soluciones deben relacionarse con mayores controles por parte de la Procuraduría, la Contraloría, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo, pero pensar que la solución a problemas tan serios, estructurales e históricos es reclutando niñas que seguramente serán de los estratos 1, 2, y 3 que son los que prestan servicio militar en Colombia, para llevarlas al conflicto , seguro que no va a solucionar nada. Es curioso que en Colombia cuando se habla de educación gratuita de calidad y para todos, surgen acusaciones de “castrochavismo”, pero cuando se habla de servicio militar obligatorio para mujeres es una gran idea. En Colombia necesitamos un Ejército cada vez más profesional, más capacitado y con mayores controles, y por el otro lado más educación pública de calidad que nos genere más médicos, más ingenieros, más profesionales. En la educación es donde esta la única clave del desarrollo, + educación- guerra.