El fútbol es lo más lindo del planeta. Es capaz de lograr lo que parece imposible: unir en una sola emoción a 50 millones de corazones. Esta semana incluso ha sido una suerte para el presidente, porque todas las barbaridades que han ocurrido, como la salida de Mancuso y el cambio de fiscal en el proceso de su hijo, han pasado desapercibidas. Todo quedará para más adelante, porque, como debe ser, lo más importante ahora es la selección.
No es difícil entender por qué nos conectamos con esta selección Colombia, ya que como en la vida, nos ofrece todas las lecciones. Nos enseña a nunca rendirnos, como James Rodríguez, a quien todo el país daba por acabado. Pero llega alguien que cree en ti, como Néstor Lorenzo, te apoya en los momentos difíciles y te devuelve esa confianza perdida. Así, vuelves a ser tu mejor versión y James hoy es el mejor jugador de la Copa América.
Esta selección también nos recuerda que todos somos humanos y cometemos errores. Daniel Muñoz, quien para mí es el mejor lateral derecho de América, se dejó provocar y fue expulsado. Confieso que cuando esto ocurrió, me salió el pequeño ministro de educación que llevo dentro. Sin embargo, el equipo demostró la berraquera y el coraje que todos necesitamos frente a la adversidad y durante los 45 minutos siguientes, esos 10 gladiadores lucharon incansablemente por cumplir el sueño de 50 millones de colombianos.
Esta selección nos enseña la importancia de la familia, de estar ahí en las victorias y, sobre todo, en las caídas. Cuando alguien comete un error, en lugar de criticarlo, debemos arroparlo, apoyarlo y ayudarlo a salir rápido del momento difícil. Así fue con Daniel Muñoz, quien nos dio tanto para llegar a donde estábamos, y luego vimos las imágenes donde todo el equipo lo cargaba y lo tiraba por los aires, independientemente del error que acababa de cometer.
Esta selección también nos enseña a ceder en nuestro ego personal, y vemos como Luis Díaz, quien, siendo la estrella del equipo, no deja de luchar, de darlo todo, con osadía y rajándose hasta la grama, y quien luego del partido con humildad, solo reconoce el talento de sus compañeros.
Esta selección, como en la vida, demuestra que se necesita un poco de suerte, como esa bola de Luis Suárez que pegó en el palo a 5 minutos del final. La selección Colombia es la suma de esa mística, esos valores y talentos que se unen para emocionar a un país y marcar un hito en nuestra historia, como será esa Copa América 2024.
Mr. Chip lo dijo mejor que yo sobre una entrevista a James: "El fútbol de selecciones, amigos. El fútbol de verdad. El fútbol puro. El fútbol en el que juegas por la gente y no por ti. El fútbol que rompe el alma de estrellas multimillonarias y los hace llorar como niños”, es el tipo de fútbol que todos deseamos fuera nuestra vida. Este domingo nos jugamos la vida, y con lo que hemos visto de este equipo, no me queda duda alguna de que estamos en las mejores manos para alcanzar esa gloria.