Pocas cosas llenan más el alma y generan satisfacción que ayudar desinteresadamente a quienes más lo necesitan. Esta semana, me enteré a través de las redes sociales de una campaña que me hizo recobrar un poco la fe en la humanidad. En medio de la incertidumbre y el desasosiego que vivimos como sociedad, aún se siente la generosidad del ser humano.
Sebastián Viera, el Ángel del Arco y querido ídolo del Junior, ha visibilizado una campaña para ayudar a otro gran Ángel y figura de nuestro equipo: Miguel Ángel el Zurdo López. López, quien nos llenó de alegrías como afición, ahora nos necesita en medio de una delicada situación de salud.
El club Junior cumplirá 100 años el próximo 7 de agosto, y no se me ocurre mejor forma de rendir tributo a tantos años de historia y pasión que extendiendo nuestra mano a quien ha contribuido significativamente a esa historia. López dirigió al equipo en siete ocasiones y nos llevó a la conquista de la quinta estrella en 2004, la dicha máxima para un hincha. Pero precisamente ser aficionado de un equipo va más allá de simplemente ir al estadio, ver un partido y ganar títulos; el fútbol logra lo que pocas cosas pueden, derribar tantas barreras y unir tantos corazones. Por eso es momento de devolver un poco de esa alegría que el equipo nos ha dado.
Muchos podrán decir que todos tenemos problemas, y es cierto que en nuestro día a día todos podemos necesitar de una mano amiga. Pero precisamente por eso cuando ayudamos a un símbolo como el Zurdo López, enviamos un mensaje poderoso de fraternidad: no estamos solos, la humanidad es más fuerte cuando está unida, y a la vez reconocemos y valoramos todo el esfuerzo que hacen esas figuras por darnos felicidad, a través del Junior en este caso.
Quiero usar este espacio para reconocer a López por su amor al equipo y a la ciudad, y a Viera, no solo por su trayectoria deportiva, sino por seguir devolviendo a la sociedad y continuar trabajando por el legado del equipo. Ya yo hice mi aporte y cada contribución, por pequeña que sea, suma y nos hace sentir parte de algo más grande y satisfactorio.
Pongámonos la mano en el corazón. Si no podemos ayudar económicamente, ayudemos difundiendo el mensaje. En los momentos más difíciles es cuando más debemos darle propósito a la vida, y las buenas personas se ven más en los malos momentos. Prometo que esa ayuda te llenará de orgullo y te dará una alegría casi igual a la de un gol del equipo tiburón. Celebremos la vida, el legado y, sobre todo, a los ídolos que nos han dejado estos 100 años de historia de este gran equipo. Ahora es nuestro turno de demostrar por qué somos más que una camiseta.
@MiguelVergaraC