Buscando Justicia es una película basada en hechos reales que tuvieron lugar en Estados Unidos al final de la década de los 80. Fue en ese entonces cuando el abogado Bryan Stevenson (Michael B. Jordan) recién graduado de Harvard y a pesar de las ofertas lucrativas disponibles en todo el país, decide ubicarse en el estado sureño de Alabama, para defender prisioneros condenados a la pena de muerte. 

Una vez allí, se une con una activista que lucha contra la pena de muerte, Eva Ansley (Brie Larson), con quien crea una institución sin ánimo de lucro llamada “Equal Justice Initiative”. A través de dicha entidad empiezan a proveer asistencia legal a personas que han sido condenadas injustamente y carecen de medios para contratar un abogado que los represente.

Uno de los primeros procesos que toman a cargo es el de Walter McMillian (Jamie Foxx), quien lleva seis años en prisión por el brutal asesinato de una mujer blanca de 18 años. A pesar de que la evidencia era prácticamente nula, y el único testimonio en su contra vino de Ralph Myers (Tim Blake Nelson), un criminal al cual le resultaba conveniente inculparlo para beneficio propio, le fue asignada la pena de muerte.

A través del desarrollo del caso nos enteramos de la manera como funciona el sistema judicial, corrupto y prejuiciado, y vemos todos los obstáculos que deben confrontar. Primero, acceder a la familia y a una población escéptica en general; después, enfrentarse al racismo imperante en todas las dependencias y, por último, convencer al acusado mismo, que ya no cree en nadie, ni siquiera en si mismo.

Es interesante que la película hace alusión al hecho de que McMillian viene de Maycomb, el mismo lugar donde sucede “To Kill a Mockingbird” (Karper Lee), una historia relacionada también con el racismo en los años 30, convertida en un clásico. Ello nos hace pensar lo irónico que resulta no sólo comparar la situación 50 años después, sino ver las similitudes que se encuentran aun en el presente, casi un siglo después. 

Dirigida por Destin Daniel Cretton, quien coescribió el guion con Andrew Lanham, la película se basa en las memorias de Stevenson, “Just Mercy”, título original del filme. La historia sigue una estructura convencional que toma inmenso poder, no tanto por la forma sino por su cruel contenido, mostrando los abusos de un sistema judicial en el cual los mas afectados son los afroamericanos, uno de los cuales podría ser el mismo Stevenson.

Aunque los datos que se muestran no son diferentes de los referidos en la prensa, las excelentes actuaciones, la fuerza del caso y la sensación de impotencia ante la injusticia son tan relevantes, que la película nos mantiene en expectativa a todo momento.

Esta historia nos hace reflexionar sobre las fallas del sistema norteamericano, que puede aplicarse también a tantos otros países donde el poder, intereses políticos y actitudes racistas y/o religiosas privan a sus ciudadanos de un derecho tan elemental como es la justicia.