¿Cuáles son las reglas para definir un gentilicio? Roberto Silvera, B/quilla
Un gentilicio precisa el lugar de nacimiento de alguien. En Roma, gentilicium se refería al linaje de un ciudadano, y se añadía al nombre de pila antecedente. Luego, el gentilicio se convirtió en una especie de credencial que presentaba a un individuo ante propios y extraños, y develaba su linaje, su tribu o el grupo humano al que pertenecía, algo importante en tiempos pretéritos.
En español no hay normas para generar un gentilicio, pero sí una pauta que consiste en añadir al epónimo (nombre de un lugar) cualquiera de los sufijos que para ello existen en español. Así, -ero (barranquillero), -eño (sucreño), -ense (cesarense), -iro (guajiro), -es (cordobés), -eno (chileno). -ayo (uruguayo), -ino (argentino), -ol (español). En fin, sería de nunca acabar.
Pero también hay gentilicios basados en la historia: incas (Perú), aztecas (México), lusitanos (Portugal), helvéticos (Suiza). Y también los hay coloquiales, como ñero (barranquillero), cachaco (del interior de Colombia), gringo (estadounidense), galo (francés), teutón (alemán)…
¿Por qué se dice ‘error craso’? Carlota Seely, Londres
Lo correcto es ‘craso error’. En lenguaje culto, ‘craso’ significa ‘graso’, pues deriva del latín crassus ‘grueso, obeso’. El Diccionario así lo registra, pero también lo registra como ‘indisculpable’. Cuando el sentido equivale a este último vocablo, ‘craso’, para formar la locución que nos ocupa, va seguido de ‘error’, ‘ignorancia’ u otras palabras análogas. Esta expresión, que se aplica a una equivocación grave y sin excusas, se originó a partir de una operación militar en 55 a. C., ejecutada por el político romano y cónsul Marco Licinio Craso, que había heredado el apodo de un antepasado obeso.
La operación, que Craso diseñó por su anhelo de honores y su afán de parecerse a Julio César y a Pompeyo, con quienes formó el primer triunvirato romano, consistía en llegar a la India después de invadir a Partia, imperio al noroeste de Irán. Pero los partos, gracias a una estratagema, lo derrotaron y luego lo mataron, hecho que implicó una enorme y dolorosa humillación para Roma, máxime cuando no había existido excusa alguna para emprender la invasión, lo que había implicado no contar con el apoyo de ningún dios.
Desde la derrota romana comenzó a decírsele crassus errare ‘craso error’ a un yerro como el de Craso o a cualquier otro desatino indisculpable. Por lo tanto, ‘craso error’ significa ‘error gordo’ o ‘error imperdonable’ como recuerdo de la disparatada campaña de Craso.