Esta columna pretende ser una respetuosa carta a la ministra de Educación, quien ha demostrado un magnifico talante en el direccionamiento de la difícil rama de la educación en el país. Una carta abierta, sincera, donde expondremos una tesis, una petición, que no es invento propio, por el contrario, está en la mente de miles de colombianos que buscan remediar un error colosal de este ministerio hace varios años.
En efecto algunas mentes brillantes hace varios lustros resolvieron excluir de los pensum del bachillerato las cátedras de Cívica y Cultura Ciudadana, la de Historia y Geografía de Colombia y Universal.
Tremendo error. Enfundieron todo en un vago macroconcepto que se llamó Ciencias Sociales, que si bien es sabio en cuanto a la identificación de una parcelación educativa que marque distancias de laa áreas tecnológicas, informáticas, específicamente científicas, no es la más asertiva para hacer un revoltillo, especie de un “tutifruti” como lo llamó adecuadamente un docente universitario.
La Historia Nacional o Universal, la Geografía Nacional o Mundial, la Cívica y Cultura Ciudadana son en sí mismas, por valor de ellas intrínsecamente, un saber altamente científico que necesita de un exhaustivo análisis y una penetración comparada adobada con grandes dosis de investigación. Por ello entristece encontrar hoy día en su gran mayoría universitarios de ambos sexos, en cualquier centro de pregrados del país, que se les pregunta cuál es la capital de Austria, o la capital de un departamento colombiano digamos el Cauca, o donde queda el Rin o cuales son las cordilleras que dividen los valles de Colombia, o qué entienden por civismo o cómo interpretan lo que es cultura ciudadana, y las respuestas o son vergonzantes o adoptan la postura del silencio. Esto no es posible, no es permitido que siga sucediendo, no podemos desear que siga prosperando porque estamos formando una juventud ignorante.
Estar preparados profesionalmente no es solamente estar enterado de los secretos de la informática y graduarse con honores en Ingeniería de Sistemas, respetables ramas del saber humano, por ejemplo. Un graduando debe ser además un informado básico de la realidad humana que lo circunde, debe tener un mínimo de formación humanística porque su desenvolvimiento en la sociedad es alternar con la convivencia y estar preparado, aun cuando solo sea en lo básico, para no pasar por ignorante. Un graduado debe ante todo ser ciudadano elemental, conocer el sustento de su papel social, geográfico, histórico y no solamente un experto en repasar el mundo hundiendo los dedos en los “clicks” que hoy encabezan el imbecilismo en el mundo porque la humanidad se volvió autista.
Por todo esto, señora ministra, le solicitamos estudiar con sus asesores la posibilidad de decretar la restauración de estas cátedras en colegios o universidades o por lo menos dejar en libertad dentro de las horas de créditos o elegibles a cada entidad educativa para que la juventud recupere los más elementales principios de ciudadanía, saberes primarios y formación conceptual humanística que tanto necesitará en su vida adulta. Señora ministra, no es este un ánimo de molestar, es una necesidad. Su sabiduría así lo sabrá apreciar. Gracias.
Más Columnas de Opinión
Depresión hoy en día
Actualmente la depresión según la (OMS) es considerada la primera causa de discapacidad en el mundo. Cerca de 800.000 personas se suicidan anualmente.
La depresión, una afección mental debilitante que afecta a millones de personas en
Corte ratifica que consumo habitual de drogas es causal de divorcio
La Corte Constitucional recibió una demanda contra el Código Civil colombiano en la que se solicitaba eliminar la causal para el divorcio del consumo habitual de drogas con el argumento de que esto era parte del libre desarrollo de la personalid
García Márquez en Barranquilla
Memoria de sus llegadas y salidas, desde 1951 hasta nuestros días  
El desempleo
"Para la muestra un botón" dice el adagio popular... Enrique, amigo cordial de 60 años, ingeniero civil, habitante de estrato 4, nos relató hace unos días en un magnífico encuentro después de varios años que estaba desempleado hace dos año