Acierto de la CGR
El tercer proceder que necesitamos destacar con complacencia es la decisión de la Contraloría General de la República, en este nuevo periodo comandada por el Doctor Córdoba, de llegar a la gente, de escucharla, de recibirle su inconformismo, sus quejas, sus dolencias comunes, sus protestas.
Hace unos días pasó bastante desapercibida en algunos medios de comunicación el hecho de que una unidad Móvil de la Contraloría General de la República estaba recorriendo barrios de la ciudad y municipios del Departamento buscando acercarse a la ciudadanía, preguntando sus inquietudes, recibiendo sus quejas, sobre la prestación de los servicios públicos y sobre la actuación del Estado en sus múltiples actividades en donde directa o indirectamente la comunidad tiene que participar o deliberar o ser atendida obligatoriamente o tener la oportunidad de expresar sus inconformismo o disgustos por la deficiente actuación de los organismos oficiales.
En primer lugar tenemos que subrayar que la participación ciudadana es un Derecho consagrado en la Constitución y por lo tanto el público cuando reclama en privado o colectivamente no está violando ninguna norma. En segundo término se debe subrayar que en Colombia el desprecio, la soberbia, la indiferencia, la indolencia, la altanería son las formas como tradicionalmente el Estado recibe las Quejas Justificadas de la ciudadanía. Si hay alguien desprotegido ante el Estado por los abusos o equivocaciones de este, en todos los ámbitos de la actuación comunitaria, ese alguien es el colombiano común y corriente. Para que se le reciba una queja, se le escuche una protesta, se le investigue un hecho que considera dudoso o negativo, el ciudadano necesita un milagro. Así de sencillo.
El tercer proceder que necesitamos destacar con complacencia es la decisión de la Contraloría General de la República, en este nuevo periodo comandada por el Doctor Córdoba, de llegar a la gente, de escucharla, de recibirle su inconformismo, sus quejas, sus dolencias comunes, sus protestas. Jamás había sucedido en el país que una entidad tan importante y trascendental como la CGR se bajara de su pedestal, de su altura, para unirse en el andén, en la calle, en el parque, en la vereda del barrio, en la puerta a puerta, a escuchar el inconformismo por alguna de las razones comunitarias. Felicitaciones Dr. Córdoba , que este actuar sirva de ejemplo a todas las entidades del Estado que desde su altura olímpica de desdén, desprecio e indiferencia creen que no están obligadas a nada con quienes los sostienen, les pagan sus sueldos con sus impuestos, con los que son la razón de ser de una sociedad como es la comunidad.
Estamos llenos de motivos, los ciudadanos, para mantener un inconformismo con el Estado en todas sus instancias, escalas y niveles. Es un formato universal, pero a lo menos que aspiramos es en ser escuchados, no solamente porque así lo dice la ley sino porque la mayoría de las veces lo deficiente es el distintivo del accionar del Estado en sus actuaciones. Hay que ver, a diario, la impotencia de la señora que vive en los tugurios de las capitales, coger un bus, recorrer distancias increíbles, esperar con filas de horas para que finalmente sea atendida por el o la burócrata petulante sentada en cómodo sillón con aire acondicionado que de entrada la mira y la mide como un bicho raro o exótico y le espeta la pregunta de la insolencia: Y usted que necesita? O al anciano que por décima vez va a reclamar el aumento al cien por ciento de la tarifa de energía, y encuentra una explicación de algoritmos trigonométricos que nada le resuelve pero que en el fondo traduce "así fue el contrato que se firmó con el Estado y la ciudadanía debe pagar la deuda de los que robaron y están robando" Amigos de la Contraloría General de la República: Hay derecho a tanta injusticia? Gracias a Uds. por comenzar a escucharnos. Difundan por favor el ejemplo.
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