Un nuevo año y muchas expectativas, las cuales solo se harán realidad si generas los pensamientos, las actitudes, las decisiones y las acciones para que se realicen. Las ilusiones no se vuelven realidad por un chasquido de dedos, sino por el trabajo inteligente, constante y responsable en relaciones sinérgicas. Nada cambia porque cambie un número en la nomenclatura, todo cambia si renuevas el corazón, la mente y das lo mejor de ti en cada una de las acciones cotidianas.
Eres dueño y responsable de tu vida, por eso, eres tú quien tiene que hacer de este tiempo el mejor para tu proyecto. Creo en el poder del pensamiento, y es importante que estés muy atento a lo que piensas, a lo que tú mismo te dices. Nada será distinto si sigues con la misma calidad de autoconversación que tienes. Es el momento de que tus pensamientos sean motor para reconocerte, animarte, impulsarte a ver y vivir grandes y beneficiosas experiencias.
Eres lo que piensas, por eso tienes que comenzar a generar pensamientos más acordes con lo que quieres lograr. Pero eso que piensas, se traduce en actitudes concretas. En disposiciones más alineadas a tus ilusiones. En posturas que te acerquen a caminar el sendero que lleva a la consecución de tus sueños. Eso implica una actitud de agradecimiento, de celebración, de trabajo, de compromiso, de sacrificio y disciplina. Que tu mente y tu corazón estén abiertos a pagar el tributo de la felicidad, que implica no darse por vencido, levantarse de las caídas que se tienen, perdonar y pedir perdón, y vivir con la conciencia de que siempre vienen mejores experiencias.
Esto debe concretarse en unas acciones que sean coherentes con tu plan de vida, que te garanticen la satisfacción futura de que has hecho lo que tus valores te han impulsado, y que las asiste la intención de ayudar solidariamente a los que están cerca. Te definen tus acciones. Puedes decir que eres bueno, pero la bondad se muestra en lo que vives a diario. Por eso, si quieres triunfar y celebrar en este año, tienes que alinearte con tu realidad y con lo que sueñas. No vale la pena querer ir hacia un lugar, pero tomar el camino que lleva a otro. Es lo que hacen muchos que tienen bellos sueños, pero malucas acciones que los distorsionan mientras van destruyendo todo a su paso.
La vida está en tus manos, se te ha dado para que seas feliz. Estoy seguro que la única razón para existir es la plenitud. Nada tiene sentido si no es desde la posibilidad de ir percibiendo la realidad de una realización que te hace gozar todo lo que eres y las personas que están a tu lado. Solo si vives así, este año será de bendición y crecimiento. Te invito a decretarlo, porque lo vamos a realizar con todas las fuerzas que tenemos dentro de nosotros y la ayuda de Dios. No nos vamos a amilanar ante ninguna dificultad, ni nos vamos a dar por vencidos, ni cederemos ante los embates de los que hacen el mal, ni hincaremos la rodilla en señal de rendición, sino como manifestación de que confiamos que nuestra vida también está en la presencia de Dios y Él siempre quiere lo mejor para nosotros. Te deseo, a ti que me lees, lo mejor en este año. ¡Vamos a construir juntos!