Un coloso
Cuando hacemos aproximaciones críticas pero sanas de estas historias de vida, aprendemos más. Una de las manías que me ha dado la vejez es leer biografías e intentar pequeños relatos de las personas que me han marcado de alguna manera. No hay mejor texto para aprender que el relato de la vida de los otros, leídos reflexiva y críticamente.
Pongo una de sus transmisiones de béisbol que tengo por ahí guardadas, enseguida mi pareja la escucha con atención y me dice: “que voz tan linda”, refiriéndose a la alegre y emotiva voz del narrador. Sonrío y le digo que es Jaime Jiménez Vides, uno de los locutores que escuchaba en mi niñez y que me hizo enamorarme de la radio. Esa voz saltaba de esa caja mágica para comunicarnos los avatares de un partido de béisbol, para acompañarnos con geniales ocurrencias o con agudos comentarios políticos.
Por un tiempo fue uno de esos personajes con los que me relacionaba sin conocerlos, en esa relación sublime generada por la radio que estaba incrustada en todos los rincones de nuestra cotidianidad y nos permitía sabernos cerca de alguien a quien nunca habíamos visto. Luego, por la urdimbre de relaciones que genera la historia, lo conocí personalmente, descubriendo su origen, sus esfuerzos y denodada decisión de realizar su sueño. Lo encontré como ese voraz lector, irreverente conversador y firme e irónico defensor de sus opiniones. Ese que no tiene pelos en la lengua para descalificar con apuntes desconcertantes a cualquiera de nuestros ídolos, o endiosar con sólidas frases a los que nosotros consideramos anti-héroes.
Entendí que su voz estaba impulsada por la inteligencia, la creatividad, la constancia y la resiliencia de quien no tuvo miedo a los Goliat que la vida propone. Tengo rato que no hablo con él, pero sé que sigue siendo ese Quijote testigo de una época de la radio que ya no existe, porque todo, con la rauda influencia de la tecnología, se ha transformado. Sé que ahora que han pasado muchos años, sigue atrincherado en los libros y en las emisiones del programa radial que realiza con las mismas opciones de la juventud.
A los jóvenes hay que hacerles conocer esas historias personales, porque en ellas, en medio de las vulnerabilidades de la vida, se encarnan valores fundamentales para construir, para crecer, para desarrollar proyectos de vida. Creo que les impactan más los testimonios de estos seres humanos que se batieron contra sus propias limitaciones y demonios para realizar sus sueños, que un discurso bien elaborado sobre la importancia de los valores. Cuando hacemos aproximaciones críticas pero sanas de estas historias de vida, aprendemos más. Una de las manías que me ha dado la vejez es leer biografías e intentar pequeños relatos de las personas que me han marcado de alguna manera. No hay mejor texto para aprender que el relato de la vida de los otros, leídos reflexiva y críticamente.
Entiendo que la dinámica iconoclasta de hoy, de tumbar todo tipo de estatuas y monumentos, está impulsada por esa aseveración interior de que todo pasado fue peor y que nosotros somos mejores seres humanos que los anteriores, de lo cual sospecho, porque creo que los seres humanos no somos más que tributarios de nuestra época. Todos terminamos haciendo lo que consideramos mejor con el conocimiento y los valores del momento que vivimos. Esto no implica negar que algunas de esas acciones puedan ser bárbaras y moralmente despreciables.
Hay que conocer relatos de humanos que hayan sobresalido por sus logros y realizaciones, de esos que no tuvieron miedo de navegar el desafiante mar de sus incertidumbres y llegaron a un puerto, con la alegría de haberlo logrado. Creo que ese ha sido Jaime Jiménez, un coloso.
Más Columnas de Opinión
Depresión hoy en día
Actualmente la depresión según la (OMS) es considerada la primera causa de discapacidad en el mundo. Cerca de 800.000 personas se suicidan anualmente.
La depresión, una afección mental debilitante que afecta a millones de personas en
Corte ratifica que consumo habitual de drogas es causal de divorcio
La Corte Constitucional recibió una demanda contra el Código Civil colombiano en la que se solicitaba eliminar la causal para el divorcio del consumo habitual de drogas con el argumento de que esto era parte del libre desarrollo de la personalid
García Márquez en Barranquilla
Memoria de sus llegadas y salidas, desde 1951 hasta nuestros días  
El desempleo
"Para la muestra un botón" dice el adagio popular... Enrique, amigo cordial de 60 años, ingeniero civil, habitante de estrato 4, nos relató hace unos días en un magnífico encuentro después de varios años que estaba desempleado hace dos año