Todo iba bien con la celebración del Día de las Velitas, 7 de diciembre, sobre todo al día siguiente, cuando la familia se reúne para repetir los cuentos de anoche, hasta el 8 de diciembre de 1980, cuando la radio anunció que acababan de dispararle a John Winston Ono Lennon a la entrada del edificio Dakota, en Manhathan, donde residía con su esposa Yoko Ono, la hija del océano.
Golpe mortal al oído del rockero acostumbrado a escuchar melodías que invocaban un chance para la paz y tener que escuchar este absurdo que también estremece a la sociedad mundial conocedora de la importancia y reconocimiento de este músico. Hasta ahí llegó el post-Velitas, qué bajada de nota tan barro. Desde entonces, a las 10:00 p.m. del 8 de diciembre de cada año, hora en que le dispararon, enciendo una vela por John Lennon en agradecimiento por su música, la cual vuelvo a escuchar desde Twist and shout.
Que conste que no he mencionado el nombre del psicópata que le disparó y le quitó la vida a Lennon con la idea de hacerse famoso, porque esa ha sido la respuesta mundial, no hacerle el juego a su acto demencial de pretender volverse famoso y, a cambio, exaltar el legado de John, como le decimos sus bróderes en el universo del rock. El asesino continúa preso a pesar de las múltiples peticiones de tener la casa por cárcel.
John Lennon fue para nosotros más que música y poesía, fue quien nos creó la necesidad de aprender inglés para entender lo que decían esos 4 músicos ingleses de los que todo el planeta hablaba. Para esa época estudiaba en el Liceo del Caribe y, junto con Sabas Socarrás, le pedíamos al profesor de inglés, Herrera, que nos ayudara con la traducción. De esa manera aprendimos las bases de una lengua que fuimos cimentando en todo el bachillerato y universidad gracias al Cuarteto de Liverpool. Pero ya se me está olvidando porque no tengo con quién practicarlo.
Así que, cuando estuve en esa ciudad, fui hasta el edificio Dakota, le pregunté al portero dónde recibió John los disparos, me señaló el sitio y le pedí que me tomara la respectiva foto, la cual puse en una intervención que hice sobre el mapa del metro de Nueva York, cuadro que denominé con una palabra muy fuerte en nuestro argot que hace referencia al miembro masculino como sinónimo de algo muy bueno, porque la isla de Manhatthan semeja un pene y Queens parece el escroto y, además, toda la magia que se le atribuye: “Nueva york es la …..”, fue el título.
Estoy buscando ese cuadro porque lo doné y ha caminado un trecho, en alguna ocasión estuvo en manos de mi querida Lola Salcedo, pero no sé más. Avisen si lo ven colgado por ahí.
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