La guerra de Troya enfrentó a griegos y troyanos; explotó cuando Paris, príncipe troyano, “raptó” a Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta. Tras diez años de combates, los griegos simularon retirarse de Troya y dejaron frente a la ciudad un enorme caballo de madera. Los troyanos, pensando que era un regalo, lo metieron dentro de sus murallas. Dentro llevaba soldados griegos escondidos, que, en la noche, abrieron las puertas de la ciudad logrando su destrucción. “Caballo de Troya” se usa hoy para referirse a algo que parece inofensivo, pero esconde un peligro o una amenaza.
Un reporte de Stanford advierte que la demanda eléctrica de California crecerá como si aparecieran de la nada 20 millones de nuevas viviendas. La causa no es demográfica sino digital: los centros de datos que sostienen la inteligencia artificial. El dilema es: ¿con qué fuentes de energía se atenderá ese salto? California se impuso compromisos climáticos que le impiden mirar con serenidad los combustibles fósiles y enfrenta una ventana de tiempo corta: dos años, según Stanford, para destrabar permisos, agilizar conexiones y atraer inversión en nuevas plantas. La geotermia, el hidrógeno con captura de carbono o el almacenamiento a gran escala son apuestas promisorias, pero…en el largo plazo. La solución inmediata está servida en la mesa y es un boccone di cardinale: el gas natural. La infraestructura ya existe, la flexibilidad es probada y la disponibilidad es inmediata. En Virginia el auge de los centros de datos se sostiene con gas, y en Texas, con fósiles y algo de renovables, bajo su flexible marco regulatorio. California busca mantener la coherencia entre su vocación tecnológica y sus estrictas metas de descarbonización. Si las trabas regulatorias y los costos siguen pesando, los gigantes de la IA podrían llevarse sus servidores a otros estados menos verdes pero ágiles y competitivos. Gigantes como Google y Microsoft firman contratos de largo plazo con hidroeléctricas e incluso con proyectos nucleares, pues la IA exige energía en firme. ¿Podrá California fortalecer a tiempo sus músculos limpios para atender centros de datos que devoran electricidad a ritmos exponenciales? El dilema es crítico porque la IA requiere ya un suministro firme, confiable y disponible 24/7. Y no, no aplica la narrativa fácil de que con solar y eólica basta: la realidad es que los centros de datos necesitan respaldo, y el gas natural sigue jugando un papel indispensable para atender esa necesidad inmediata.
Troya no cayó por los diez años de asedio sino por un descuido: dejó entrar un caballo que parecía un regalo y escondía su ruina. La IA puede significar lo mismo para California, la recibió como un caballo caragado de productividad y progreso, pero si no ve crítico que este trae un voraz apetito energético en su interior (no soldados griegos), y no lo satisface, su liderazgo tecnológico se vería afectado.
@achille1964








