La intimidad es el secreto mejor guardado del ser. Las esferas particulares de la personalidad son el espacio reservado exclusivamente para compartirlo con los más cercanos, estimados y preferidos constituyendo la máxima expresión del amor y la confianza. Quienes conocen tu intimidad tienen acceso a tu privacidad. ¿A quiénes les compartes lo que pasa por tu mente? ¿Sabemos seleccionar nuestros confidentes?
Las preferencias, aspiraciones, debilidades y dificultades son elementos esenciales en todo tipo de relación. Principalmente en la familia. La ausencia de comunicación, credibilidad y predilección con quienes cohabitan en el mismo techo, es un asunto que requiere intervención urgente. Somos la creación perfecta del vínculo familiar. Con quienes crecemos delimitamos nuestro destino, aunque su influencia no sea siempre definitiva.
La protección a la familia es un asunto prioritario para la sociedad. Concentrarse en formar ciudadanos capaces de formar vínculos estables, sanos e inspiradores es un asunto esencial para la salud social. Las políticas públicas deben estar orientadas a estimular valores nacionales, que rescaten las tradiciones, la cultura y la identidad. Respetar la diversidad y la pluralidad de criterios, visiones y costumbres es un tema urgente a nivel global.
La paz es mucho más que la ausencia de violencia, conflicto o guerra. Es el sentimiento generador de la tranquilidad, el sosiego y el primer paso para alcanzar esa meta llamada felicidad. En el contexto familiar la exposición del nivel de relación, afecto, respeto, responsabilidad, compromiso y trato digno, transforma el ambiente privado en interés público si aparecen signos o señales de violencia.
La paz íntima es la garantía plena de la eliminación o la desaparición de toda forma de agresión, lesión, daño, abuso, intimidación, acto hostil, acoso verbal, físico o psicológico sobre algún miembro de la familia en el contexto propio del hogar o fuera de él valiéndose de la fuerza o el poder de coacción propio del vínculo afectivo. Es el indicador real de los niveles de amor compartido por los genes. La esperanza certera de las convicciones que fortalecen los lazos entre las parejas. El alma de la amistad genuina. El sello magistral de la prudencia.
La violencia doméstica no se reduce a situaciones intrafamiliares. Involucra el contexto en el que las personas sostienen relaciones con altos niveles de privacidad. Prevenirla en todas sus formas tiene carácter urgente y es una responsabilidad de todos.
La mejor familia es la tuya: Disfrútala. No dudemos: ¡Cultivemos la paz íntima!
@JulioCesarHT