Parece una gigantesca novela de ficción extendida por el mundo que hace pocos años apareció como un símbolo e identificación de la época moderna con su alta tecnología, su profunda sapiencia humana, parece calcada de los hombres, su fuerza avasalladora que ya se incrustó en lo más profundo de la ciencia y la civilización. Es la inteligencia artificial, una identificación simple que quiere decir proceder de una tecnología, no del ser humano. Y se instaló en la vida moderna y lo que es más sorprendente en toda la estrategia de la inteligencia humana y sus logros: Tecnología, Ciencia, Investigación, y sobre todo respuestas. Sí, respuestas a todo y para todo. Es como si tuviésemos detrás de la pantalla a un superhumano. De ahí que ya se propagó como vital, imprescindible en la actual conducta humana. Invadió todos los terrenos inimaginables de la Internet, igual de la intelectualidad.
Siglos y años atrás el mundo vivió experiencias muy parecidas y quizás, para la época, igual de sorprendentes. La máquina de vapor, la revolución industrial y sus métodos de producción, el telégrafo, el teléfono, la aviación, la bomba atómica, el robot, para solo mencionar algunos sorprendentes descubrimientos de la inteligencia de los seres vivos y de los genios. Pero la inteligencia artificial, nos parece hoy día, por lo menos es lo que se percibe, que supera todas las expectativas y desborda la imaginación del mundo en todas sus cuatro esquinas. Queda por el momento en el mundo sobre el tapete un gran interrogante: ¿Es la inteligencia artificial buena, positiva, maravillosa o por el contrario peligrosa, complicada, negativa? Más allá: ¿alcanza a desafiar los principios de credibilidad religiosa de muchas creencias espirituales en el mundo? ¿O lo que es más preciso desafía de pronto la lógica que nos impuso Dios? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Para qué? El tiempo tendrá la respuesta. Y la otra inquietud es ya universal, tema de actualidad palpitante: mundialmente y por supuesto nacionalmente la necesidad de una reglamentación y ordenamiento legal. ¿Ya se inició? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿De qué forma? ¿Hay cómo lograrlo con algo, la inteligencia invisible? ¿Debe iniciarse ya un contexto de leyes en todos los países o ya se inició ese proceso? ¿Esto será fácil hacerlo con algo o alguien que no se contacta, no se ve sino en forma de señales o voces? Es en resumen la última maravilla del hombre, pero deberá someterse en todo el mundo a una reglamentación legal donde el hombre, el ser humano, siga estando por encima de ella. ¿Qué la controla? ¿Cómo? ¿O se convierte en su esclavo eterno?