Son varias las tusas que vivo en este tiempo, y voy a hablar de ellas con la intención de aportar a quien me lee una porción de esperanza. Suena paradójico. ¿Cómo es que hablando de tusas voy a sembrar esperanzas? Yo soy una absoluta creyente y desde esa orilla siempre surgen nuevas cosas.

Tusa futbolística

Ya me agotó tener acumulados subcampeonatos en las selecciones colombianas, creo que hay que convencerse de lograr la gloria, y muchos dirán que es un proceso que hay que seguir. Pues ya el proceso acumula varios años y es hora de avanzar hacia un camino ganador desde lo mental, lo físico y lo social, ya basta de vivir como sociedad colonizada que siente que perder es una ganancia y se resigna a cualquier resultado sin ambición alguna.

Tusa de patria

Me duele sentir que nuestro país se sacude entre la violencia normalizada y el furor de dañarnos como si fuéramos seres sin capacidad sentipensante, que solo le apostamos al egoísmo, a la envidia y a la prepotencia de tener absoluta razón en todo, pensamos que la guerra está en los grupos armados, en los políticos polarizados, en todo menos en nosotros mismos, y realmente nace en lo subjetivo, en las familias, en las comunidades, en el pensamiento resentido que dejamos cultivar; se que ante esto podrán salir quienes digan que ellos son el ejemplo puro de pacificación y seres de luz, pero ante cualquier situación reaccionan con violencia.

Tusa antimachista

Cada día las violencias contra las mujeres y las desigualdades de género incrementan, se sostienen en el tiempo, se niegan a desarraigarse; parece que matar o violentar a las mujeres fuera una perversa licencia social; mientras, la justicia y el Estado no hacen nada. La impunidad persiste y el miedo se aumenta. Diariamente hay noticias de casos dolorosos de violaciones contra los derechos humanos en general y de manera agudizada contra las mujeres.

Tusa humanitaria

Las agendas antiderechos a la orden del día, el trabajo humanitario huérfano y cada vez más desfinanciado, quienes lideramos el trabajo social cada día nos inventamos formas creativas y resilientes de continuar sin darnos por vencidas, ese no es el camino, debe ser otro, en el que la energía sea creativa y no de lucha, que se inviertan tiempos en darle vida a grandes procesos y no a estar padeciendo, como si lo que lideráramos fuera negativo para la humanidad.

Son muchas tusas que podría categorizar, pero no es tiempo de sentarnos a llorar y a revictimizarnos, sino que al hacerlas conscientes las transformemos y avancemos, que no nos resignemos a la mediocre mentalidad perdedora, que no incendiemos las violencias, que no nos rindamos en la apuesta humanitaria, que sigamos tejiendo esperanzas y transformación social. Sigo superando tusas y buscando ese equilibro entre el derecho a ser feliz y el pensamiento crítico de no resignarme a realidades que están invitadas a ser cambiadas.

@facostac