“ Muy interesados están China, India, los turcos, los rusos”, en invertir en la zona binacional de Colombia y Venezuela, según declaraciones del dictador Maduro. Entonces, ¿“por ahí va el agua al molino”? ¿Qué hay detrás de la zona binacional?

Generan suspicacia la reticencia a publicar el documento, el discurso aprendido de Saade ante los medios, sus evasivas y su insulto a la inteligencia de los empresarios no consultados, limitados a esperar, sin preguntas, el paraíso anunciado de grandes negocios.

En cuanto a las declaraciones de Petro, en principio, desconfío de lo que se pretende justificar con LA PAZ, como la “estable y duradera” de Santos para justificar un ataque a la democracia y un Acuerdo de impunidad, verdad segmentada, COCA y víctimas estafadas.

Desconfío de su obsesión bolivariana y grancolombiana. En la Reunión Ministerial de Energía de la CELAC, Petro proclamó que el proyecto de Bolívar “puede comenzar por la integración de la Gran Colombia en términos energéticos limpios”. Así puede comenzar y… ¿cómo puede continuar?, ¿acaso con una zona binacional ensanchada hasta fusionarse en una Gran Colombia progresista?

No estoy delirando. Si las declaraciones de Petro son preocupantes, las del dictador vecino lo son aún más. A él no le importa si es Memorando de Intenciones o Acuerdo. Mientras el gobierno colombiano habla de un piloto con Norte de Santander y los estados Zulia y Táchira, Maduro marcó en el mapa un círculo que, además del Catatumbo, incluye Cesar y La Guajira. Es más, afirmó que estudian otras zonas como Arauca, Guainía y Vichada, con el estado Amazonas, “importante para la conservación de la selva amazónica, rescatarla de la depredación de la minería ilegal”.

Más allá de si un Memorando de Intenciones compromete o no, es un documento con una “intención”, con la que ambos gobiernos se “comprometen”. Pero frente a la realidad, más suspicacias. El Catatumbo no solo es la región con más cultivos de coca en el mundo, aunque Saade afirmó que ya se recuperó un 75%, sino que suministra cocaína a Venezuela para distribuir a los mercados mundiales. La realidad es la presencia binacional del ELN como grupo armado ilegal en Colombia y paramilitar en Venezuela.

La realidad es el Cartel de los Soles y que, entre Maduro, Diosdado y Padrino, suman 65 millones de dólares en recompensas de Estados Unidos por narcotráfico y, por tanto, que al régimen no le importa erradicar el narcotráfico y la minería ilegal.

Es el inició del sueño de Bolívar, Chávez, Maduro y Petro, decía emocionado Saade. ¿Cuál sueño?, ¿el de una Gran Colombia narcoprogresista, donde florezcan las inversiones de China, India, los turcos, los rusos y los iraníes?

¡Dios nos libre!

@jflafaurie