Uno de los problemas más serios del país, que a su vez es la fuente de muchos otros, es que la mayoría de los políticos cuando aspiran negocian su elección, aun sabiendo que incurren en ilegalidad y en corrupción; invierten cuantiosos recursos para comprar los votos a muchos ciudadanos necesitados, ofrecen cargos públicos y luego despliegan su capacidad de influencia para lograr contratos o burocracia con el gobierno para cumplirle a parte de sus electores.
Por esa razón vemos a congresistas de los partidos tradicionales votando a favor de las iniciativas del gobierno ‘progresista’, a pesar de su inconveniencia para el país. Causa desilusión ver como, estando en posiciones opuestas del espectro ideológico, se entregan al gobierno a cambio de ‘mermelada’, porque para ellos lo más importante es su interés personal en mantener los medios que les permitan reelegirse. Poco les importa las consecuencias para la estabilidad del país y para el bienestar de los colombianos.
Esa práctica maquiavélica le ha permitido al actual gobierno mantener el control de la Cámara de Representantes, en la que en cuatro veces consecutivas ha logrado las mayorías para elegir su presidente, aun pertenecientes a partidos diferentes al Pacto Histórico, y de paso lograr la aprobación de los proyectos legislativos que allí se tramiten, algunos de ellos sin el riguroso debate, tal como ocurrió con la reforma al sistema de pensiones.
Para el caso del presidente que se acaba de elegir en esta Corporación, el gobierno nacional se movió para manipular la situación y lograr que se eligiera su candidato, el Representante Julián López, del partido de la “U”.
Ese resultado pone claramente en entredicho la fortaleza y efectividad de la organización de los partidos políticos. En una entrevista radial, ante una pregunta sobre su elección como candidato del gobierno siendo del partido de la “U”, manifestó que en su partido existe libertad para asumir la posición que deseen, afín o no al gobierno.
Similar comportamiento se ha observado en el partido Liberal, en el que su director, Cesar Gaviria, ha exteriorizado una actitud crítica fuerte frente al gobierno. En el partido Conservador también varios Representantes se han alineado con el gobierno, a pesar de la férrea y valiente defensa de la independencia de Poderes de Efraín Cepeda Sarabia, como presidente del Senado, en representación de su partido en oposición.
Una reforma política debe abordar esta confusa situación en la política actual del país.
@AELopezP